El impacto de la automatización en la desigualdad social

En la actualidad, vivimos en un mundo cada vez más digitalizado. La tecnología y los datos se han convertido en herramientas fundamentales en nuestra vida diaria. Sin embargo, ¿qué sucede cuando esta automatización y recopilación de datos se utiliza de manera incorrecta? Según Virginia Eubanks, profesora de ciencias políticas en la Universidad de Albany, SUNY, la automatización de la desigualdad es una realidad que afecta especialmente a las personas más vulnerables de nuestra sociedad.

En su libro “Automating Inequality”, Eubanks expone cómo el uso de datos por parte del gobierno ha creado un nuevo régimen de vigilancia, perfilamiento, castigo, contención y exclusión para los más pobres. Esta situación, que ella denomina “la casa pobre digital”, muestra cómo la tecnología, lejos de mejorar la vida de las personas en situación de pobreza, empeora la desigualdad existente.

La autora realiza una investigación exhaustiva, viajando a lugares como Indiana, Pittsburgh y Los Ángeles, donde entrevista a administradores, personal de servicios sociales y, lo más importante, a las personas que viven en esta “casa pobre digital”. A través de estas entrevistas, Eubanks muestra cómo la automatización de los servicios sociales puede llevar a errores graves que afectan directamente a las personas más necesitadas.

Un ejemplo conmovedor es el caso de Sophie, una niña gravemente discapacitada que perdió sus beneficios de Medicaid debido a un error informático en el proceso de elegibilidad. Sophie recibió una carta dirigida directamente a ella, informándole que estaba perdiendo sus beneficios debido a una “falta de cooperación” en el establecimiento de su elegibilidad para el programa. Esto sucedió justo cuando Sophie estaba ganando peso gracias a un tubo de alimentación que le salvó la vida y aprendiendo a caminar por primera vez. Muchos otros ciudadanos también perdieron asistencia vital debido a estos “errores” informáticos.

Otro caso impactante es el de Patrick y Angel, una pareja que ha sido señalada repetidamente por las bases de datos de servicios sociales por negligencia infantil. Aunque son padres atentos y dedicados a sus propios hijos, así como voluntarios generosos que ayudan a otros niños en su comunidad, este matrimonio ha sido investigado injustamente debido a su situación económica. En una ocasión, Patrick fue investigado por “negligencia médica” cuando no pudo pagar una receta de antibióticos para su hija.

Estos ejemplos muestran cómo la automatización y el uso de datos pueden tener consecuencias devastadoras para las personas más necesitadas. En lugar de proporcionar los recursos necesarios para combatir la pobreza, la tecnología se utiliza para gestionar a los pobres de manera individual, evitando así la responsabilidad compartida de erradicar la desigualdad.

Es importante reflexionar sobre el impacto de la automatización en nuestra sociedad y exigir que se utilice de manera ética y responsable. La tecnología no debe ser una herramienta para perpetuar la desigualdad, sino para construir un mundo más justo y equitativo para todos.

Te puede interesar