En una fría noche de diciembre del año pasado, se convocó una reunión en el vestíbulo de mi edificio de apartamentos. Los residentes preocupados se reunieron para discutir un asunto de gran importancia: qué hacer con las oleadas de paquetes que abarrotaban el armario del vestíbulo y se desbordaban hacia la entrada. Las cajas sin reclamar eran una molestia y un desorden visual. Encontrar el paquete correcto estaba empezando a requerir habilidades gimnásticas. Y las cajas seguían llegando, a docenas, tal vez cientos. La mayoría de ellas eran de Amazon: marrones, con una sonrisa en el costado.

En ese día, los residentes de este edificio del centro de Washington decidieron poner orden al caos. Votaron que el vestíbulo necesitaba una remodelación. Las cajas tendrían su propia sala de paquetes, detrás de una puerta con contraseña. Esta decisión cambiaría la apariencia de la planta baja del edificio, pero apostaron a que aumentaría el valor de la propiedad. Al menos las pilas desordenadas estarían seguras en una habitación separada.

Esta es una imagen de Estados Unidos, adaptándose físicamente al éxito de Amazon.com, la tienda de todo en un solo lugar. En solo dos décadas, el fundador y CEO Jeff Bezos ha pasado de ser un vendedor en línea de libros que conducía un Honda, a ser el hombre más rico del mundo. Se encuentra al frente de una de las compañías estadounidenses más influyentes en el centro de una actividad que representa dos tercios de la economía de Estados Unidos: el gasto del consumidor.

Cerca de dos tercios de los estadounidenses dicen haber comprado algo en Amazon, según una nueva encuesta de NPR/Marist. Eso representa el 92 por ciento de los compradores en línea de Estados Unidos, es decir, casi todos ellos. Más del 40 por ciento dice que compra algo en Amazon al menos una vez al mes. De hecho, cuando las personas compran en línea, es más probable que comiencen en Amazon.

El impacto de Amazon en la vida cotidiana de los estadounidenses es innegable. Desde la comodidad de sus hogares, los consumidores pueden acceder a una amplia gama de productos y recibirlos en su puerta en cuestión de días. Esto ha cambiado la forma en que compramos y ha transformado la industria minorista en todo el país.

La conveniencia y la variedad de productos que ofrece Amazon han llevado a un aumento significativo en las compras en línea. Los consumidores confían en la plataforma para encontrar todo lo que necesitan, desde libros y electrónicos hasta ropa y artículos para el hogar. Además, el servicio de entrega rápida de Amazon Prime ha creado una cultura de gratificación instantánea, donde los clientes esperan recibir sus pedidos en el menor tiempo posible.

El éxito de Amazon también ha tenido un impacto en la infraestructura física de los edificios residenciales y comerciales. Como se mencionó anteriormente, muchos edificios están teniendo que adaptarse para manejar el aumento en la entrega de paquetes. Esto incluye la creación de salas de paquetes dedicadas y la implementación de sistemas de seguridad para proteger los envíos.

En resumen, Amazon se ha convertido en una parte integral de la vida cotidiana de los estadounidenses. Su influencia en la economía y en la forma en que compramos es innegable. A medida que la compañía continúa creciendo y expandiéndose, es probable que su impacto siga siendo significativo en el futuro.