El Futuro Sostenible de la Industria Automotriz

Según un informe reciente, la industria automotriz se encuentra bajo presión para buscar soluciones más sostenibles que cumplan con los objetivos de neutralidad de carbono establecidos en el Acuerdo Verde Europeo y el Acuerdo de París. Un gran porcentaje (70%) de la industria automotriz se centra en la reducción global de emisiones en toda la cadena de valor, incluyendo las emisiones de alcance 1, 2 y 3 [3], desde la obtención de materias primas hasta los procesos de fin de vida. Dos tercios (64%) de las organizaciones automotrices esperan lograr una reducción en las emisiones de carbono para el año 2040, y el 57% va más allá del cumplimiento de los criterios ESG para convertir la sostenibilidad en un impulsor clave del negocio. Sin embargo, desde 2018, la industria automotriz solo ha logrado reducir las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) en un 5%, y se espera una reducción adicional del 19% para el año 2030. A este ritmo, las organizaciones automotrices no están en camino de cumplir el objetivo general de cero emisiones netas para el año 2050 establecido en el Acuerdo de París. El informe revela que solo un pequeño grupo de organizaciones (menos del 10%) están liderando el camino hacia una industria automotriz sostenible. Estas organizaciones esperan reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 35% para el año 2030 (en comparación con una reducción proyectada promedio del 19% en la industria automotriz). Al mismo tiempo, se espera que su eficiencia operativa mejore en un 22% hasta el año 2026 (en comparación con el 16% para el resto de las organizaciones en el mismo período) como resultado directo de sus iniciativas de sostenibilidad que mejoran la transparencia en toda la cadena de valor. Además, estas organizaciones disfrutan de un mayor atractivo para el talento debido a sus recientes iniciativas de sostenibilidad (18% versus 10% para el resto).

La implementación de iniciativas ha mejorado solo en áreas de enfoque selectivas. Las organizaciones automotrices se centran en la reducción de emisiones y priorizan iniciativas sobre las cuales tienen control e influencia directa, como la fabricación y la descarbonización de las flotas de vehículos. El informe revela que la implementación de iniciativas de cadena de suministro sostenible ha aumentado al 57% en 2022, frente al 42% en 2019, y la obtención responsable de metales ha aumentado al 44% desde el 33% en el mismo período. Sin embargo, el informe muestra una disminución en la implementación de iniciativas de economía circular. Aunque el 73% de las organizaciones están de acuerdo en que contribuir a una economía circular es necesario para alcanzar sus objetivos financieros y competitivos a largo plazo, solo el 53% tiene una estrategia de economía circular en marcha y menos de la mitad (45%) se adhiere actualmente a los principios de circularidad [4] en toda su cadena de valor.

La transición a los vehículos eléctricos sigue siendo compleja y representa solo una parte de la solución. La demanda de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero ha llevado a las organizaciones automotrices a centrar sus esfuerzos en los vehículos eléctricos (VE). Para lograr un impacto positivo a lo largo de la vida útil de un VE, es esencial que los fabricantes de equipos originales (OEM) aseguren la circularidad de la producción y consideren el proceso de fin de vida de las baterías de VE en toda la cadena de valor. Menos de la mitad (41%) de los ejecutivos encuestados afirman que su organización tiene una iniciativa de sostenibilidad dedicada al fin de vida de las baterías; este porcentaje disminuye al 28% para las segundas vidas de las baterías. A pesar del aumento en las ventas de VE, los clientes se muestran reacios a hacer el cambio debido a la ansiedad por la autonomía y los costos de carga. Encuentran más atractiva la disponibilidad de repuestos y opciones de servicio para vehículos de motor de combustión interna (MCI). Los crecientes costos en la red eléctrica, así como los métodos de carga complicados, están frenando el progreso y la adopción.

En resumen, la industria automotriz se encuentra en un punto crítico en su camino hacia la sostenibilidad. Aunque muchas organizaciones están trabajando para reducir las emisiones de carbono y adoptar prácticas más sostenibles, el progreso general es lento y no está en línea con los objetivos establecidos en el Acuerdo de París. Es necesario un mayor compromiso y colaboración entre los fabricantes de automóviles, los proveedores y los gobiernos para impulsar la transición hacia una industria automotriz verdaderamente sostenible. Solo a través de la implementación de iniciativas de economía circular, la descarbonización de las flotas de vehículos y la mejora de la eficiencia operativa, se podrá lograr un futuro más limpio y sostenible para la industria automotriz.

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