En los últimos años, hemos escuchado constantemente sobre el temor de un futuro sin empleo en Estados Unidos y las advertencias sobre la realidad sombría que la inteligencia artificial y la automatización traerán consigo. Incluso líderes políticos y empresariales como Andrew Yang, candidato presidencial, el gobernador de Colorado John Hickenlooper y Elon Musk, CEO de SpaceX y Tesla, han expresado sus preocupaciones al respecto. Personalmente, desafío la idea de que la automatización destruirá nuestra fuerza laboral. Sin embargo, dado que no escuchamos escenarios específicos en los que la inteligencia artificial y la automatización generen más empleos, carreras de calidad y un menor costo de vida, no podemos visualizar un futuro alternativo. El miedo se apodera de nosotros.
Mis argumentos a favor de los beneficios de la automatización del trabajo a menudo se ven interrumpidos cuando alguien me pide pruebas de un futuro positivo. Acepto el desafío. Los argumentos históricos que suelo mencionar parecen tener poco impacto en las personas que ya temen a la inteligencia artificial y la automatización. Incluso cuando menciono cómo, en el siglo XVIII, en la era agrícola, los agricultores temían que las máquinas industriales les quitaran sus empleos, y cómo los mismos trabajadores entraron en pánico cuando surgieron las computadoras. En ambos casos, los líderes políticos y sociales estaban equivocados. Pero espera, hay más. La gente temía el impacto del automóvil en la cría de caballos, los fabricantes de carruajes y los herreros. En la historia reciente, se decía que los cajeros automáticos reemplazarían a los empleados bancarios, y la automatización textil reemplazaría a los trabajadores textiles. En ambos casos clásicos, la automatización generó más empleos al aumentar los márgenes, lo que permitió contratar a más trabajadores para nuevos tipos de empleos. Ahora podemos ver que nuestro miedo estaba infundado, pero esto no hace que sea más fácil visualizar el futuro. Y creo que ese es el verdadero problema. Porque cada grupo de personas del pasado tuvo dificultades para visualizar el futuro, lo temieron. Consideremos el término “coche sin caballos”, que se centraba en lo que se perdería en lugar de los posibles beneficios económicos de abrir el comercio nacional.
A medida que avanzamos desde la era de la información del siglo XX, donde los trabajadores del conocimiento eran predominantes, hacia la era conceptual del siglo XXI, donde se dice que la inteligencia artificial y la automatización pueden hacer todos los trabajos que los humanos pueden hacer, ya hay señales de que más empleos están a la vuelta de la esquina. La historia nos ha demostrado que el miedo a la automatización y la inteligencia artificial ha sido infundado en el pasado. Es hora de dejar de temer y comenzar a visualizar un futuro en el que la automatización del trabajo nos brinde más oportunidades laborales, carreras de calidad y un menor costo de vida.