El Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) ha sido un concepto que ha generado mucha expectativa, pero que hasta ahora no ha logrado encontrar su lugar en el mercado. Muchos incluso proclaman que esta idea, alguna vez tan prometedora, está muerta. A pesar de que empresas tecnológicas como Apple, Amazon y Google invierten grandes sumas de dinero en altavoces inteligentes, no existe un uso real y tangible para ellos. Otras compañías han intentado, sin mucho éxito, vendernos productos “inteligentes” como refrigeradores o botellas de agua. Y los hogares inteligentes, además de invadir nuestra privacidad, resultan simplemente molestos.
Pero para Matt Webb, tecnólogo de R/GA London, el verdadero potencial del Internet de las Cosas no se encuentra dentro de nuestros hogares, sino fuera de ellos. “Es ahí donde finalmente podemos comenzar a ensamblar piezas para crear productos, servicios o empresas con menos personas o con una mayor ambición que antes”, afirma. “El IoT está resolviendo problemas en el ámbito empresarial de manera muy clara”.
Webb es el director gerente del IoT Venture Studio de R/GA London, donde la agencia invierte y trabaja con nueve startups durante tres meses cada año. Hoy, el estudio anunció las startups de 2018, y este nuevo grupo de empresas es evidencia de la creencia de Webb de que el Internet de las Cosas no está muerto. Más bien, estamos comenzando a explorar lo que se puede hacer cuando la conectividad trasciende la pantalla y entra en el mundo real. Cada startup tiene su propia visión para la próxima generación de IoT. A continuación, presentamos sus ideas.
Acabar con el desperdicio de alimentos y envases
Los estadounidenses desperdician aproximadamente 60 millones de toneladas de productos frescos cada año, y hasta el 40% de todos los alimentos producidos en Estados Unidos nunca se consumen. Una de las nuevas empresas incubees de R/GA, llamada Mimica, está tratando de abordar este problema utilizando una etiqueta de alimentos que rastrea la temperatura exterior de un determinado producto. La etiqueta inteligente de la startup utiliza esa información para informar de manera más precisa a los consumidores cuando algo en su despensa o refrigerador se ha echado a perder. Y a medida que se recopila y analiza estos datos a lo largo del tiempo, tal vez se pueda determinar que los alimentos se echan a perder más rápido en rutas de transporte específicas, lo que permitiría a las empresas de envío encontrar formas más eficientes de transportar alimentos. Técnicamente, esto es IoT, ya que cada etiqueta actúa como un sensor, pero sin duda es mucho más útil que una cafetera inteligente.
El Internet de las Cosas tiene un futuro prometedor más allá de los electrodomésticos inteligentes. Estamos apenas comenzando a descubrir las posibilidades que se abren cuando la conectividad se extiende al mundo real. Con empresas como Mimica liderando el camino en la lucha contra el desperdicio de alimentos, podemos esperar un futuro en el que el IoT tenga un impacto significativo en nuestra vida cotidiana.