La compañía Stratasys, líder en el mercado de la impresión 3D, ha enfrentado dificultades en el tercer trimestre del año. Con una pérdida neta de $938 millones de dólares debido a la depreciación de adquisiciones como Makerbot, Stratasys ha tenido que replantear su estrategia para el futuro.
La noticia de la pérdida neta fue anunciada junto con los resultados del tercer trimestre de Stratasys. Aunque ya se había advertido que los resultados serían inferiores a lo esperado, la pregunta que surge ahora es: ¿Podrá Stratasys revertir esta situación?
En el tercer trimestre, Stratasys reportó una pérdida neta de $938 millones de dólares, o $18.06 por acción, con ingresos de $167.6 millones de dólares, una cifra inferior a los $203.6 millones del mismo trimestre del año anterior. Las ganancias no-GAAP fueron de un centavo por acción. Stratasys vendió 5,467 sistemas de impresión 3D y fabricación aditiva. La gran pérdida neta se debió a una depreciación de $910 millones de dólares, principalmente debido a su unidad Makerbot y al valor de sus activos en medio de la “incertidumbre creciente en el entorno de la impresión 3D”.
Para el cuarto trimestre, Stratasys proyecta ingresos de $160 millones a $175 millones de dólares, con una pérdida no-GAAP de 17 centavos a 6 centavos por acción. La compañía está revisando su modelo operativo a largo plazo. El CEO David Reis, en una conferencia telefónica con analistas, presentó el plan de recuperación de la compañía. Reis afirmó que el mercado de la impresión 3D ha madurado, pero aún tiene mucho crecimiento por delante. El problema es que los clientes tienen muchas opciones para considerar y los ciclos de ventas se están alargando.
Al ser preguntado por un analista si la entrada de HP al mercado era un factor, Reis señaló que no veía nada que indicara que los clientes estuvieran esperando a su competidor mucho más grande. “No estamos viendo presión en los precios y no hay cambios en el panorama competitivo”, dijo Reis. El CEO también destacó los planes para optimizar las operaciones futuras y enfatizó que había un crecimiento real en la prototipación rápida.
En general, el plan de Reis parece sólido. Sin embargo, no está claro si la demanda se mantendrá para que Stratasys tenga algunos trimestres sólidos que cumplan con las expectativas disminuidas. También es posible que algunos clientes estén esperando para evaluar las alternativas que ofrece HP. Con sistemas de impresión 3D empresariales que cuestan alrededor de $1 millón de dólares, los clientes no se apresurarán en tomar una decisión, especialmente si hay proveedores dispuestos a reducir los márgenes de beneficio para cerrar un trato.
En conclusión, Stratasys se encuentra en un momento crucial para su futuro. A pesar de las dificultades actuales, la compañía tiene la oportunidad de reestructurarse y aprovechar el crecimiento continuo del mercado de la impresión 3D. Sin embargo, deberá enfrentar la competencia y convencer a los clientes de que su oferta es la mejor opción. El tiempo dirá si Stratasys logra revivir y mantener su posición como líder en la industria de la impresión 3D.