Los sistemas de planificación de recursos empresariales (ERP, por sus siglas en inglés) son fundamentales para el éxito de los fabricantes, ya que les permiten escalar la producción de productos idénticos o similares de manera rápida. Sin embargo, en la era actual de la personalización masiva y la creciente demanda de los clientes por productos que ofrezcan experiencias a través de la inteligencia artificial contextual, los sensores del Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés) y la inteligencia artificial integrada, los sistemas ERP están luchando por mantenerse al día.
Los desafíos de calidad del producto suelen ser los primeros síntomas de un sistema ERP que no se adapta para respaldar las generaciones actuales y futuras. Cuando la calidad del producto y las auditorías de seguimiento de la producción comienzan a mostrar degradaciones en las tasas de rendimiento, un buen lugar para buscar las causas es en un sistema ERP heredado o desarrollado internamente. Con demasiada frecuencia, estas soluciones generan más problemas de calidad de los que resuelven debido a años de personalización de software que han resultado en una falta de flexibilidad para el cambio. Además, muchos sistemas ERP antiguos fueron diseñados para garantizar la consistencia en la producción a expensas de cumplir con los estándares de calidad más altos que requieren productos más complejos, configurables y personalizados.
El futuro de los sistemas ERP dependerá de la capacidad para cerrar la brecha entre los requisitos de fabricación anteriores y las demandas actuales de los productos en un mundo cada vez más orientado a la calidad. En este sentido, la integración de la inteligencia artificial, el análisis avanzado y el aprendizaje automático en las plataformas ERP será fundamental.
Los fabricantes necesitan poder adaptar y escalar rápidamente sus operaciones de producción en respuesta a los dilemas que enfrentan para cumplir con los pronósticos de producción y los niveles de calidad. Esto implica tener conocimientos e información excepcionales sobre qué estrategias de calidad están funcionando y cuáles no. Estos conocimientos deben ir más allá de los análisis basados en transacciones y mostrar cómo las decisiones de producción contribuyen positiva o negativamente a los niveles de calidad.
Por lo tanto, los fabricantes requieren sistemas ERP que puedan “aprender” cómo es la excelente calidad a lo largo del tiempo para cada nuevo producto. El sistema ERP también debe tener la capacidad de recopilar, analizar y extrapolar datos para ver cómo las decisiones de producción, cadena de suministro, abastecimiento y fabricación impactan en la calidad.
En resumen, el futuro de los sistemas ERP radica en la integración de la inteligencia artificial, el análisis avanzado y el aprendizaje automático. Estas tecnologías permitirán a los fabricantes adaptarse rápidamente a las demandas cambiantes del mercado y mejorar la calidad de sus productos. La capacidad de aprender y mejorar continuamente será clave para el éxito en un mundo cada vez más impulsado por la calidad.
Fuente del artículo: Quality Magazine