El Futuro de los Impuestos en las Ventas por Internet

Recientemente, Amazon se ha convertido en el blanco de críticas por parte de la Casa Blanca debido a su falta de pago de impuestos. Sin embargo, esta vez la situación es un poco diferente. A diferencia de los numerosos ejemplos anteriores de grandes corporaciones que han sido reprendidas por prácticas contables complejas utilizando paraísos fiscales offshore, desplazamiento de beneficios o acuerdos de inversión, esta vez el enfoque se centra en los impuestos estatales sobre las ventas y el uso. Y esto debería preocupar a cualquier empresa que venda productos a través de internet.

La raíz del problema se encuentra en la legislación tributaria actual de Estados Unidos que regula el tratamiento de las transacciones fuera del estado. Según la ley actual, los vendedores a distancia solo están obligados a cobrar impuestos sobre las ventas si tienen presencia física en el estado donde se realizan las compras. Esta ley es anterior a la existencia de internet. De hecho, el precedente original se estableció en una decisión de la Corte Suprema en 1967 en el caso National Bellas Hess vs. Illinois, que involucraba a una empresa de catálogos de moda antigua que vendía vestidos al estilo de June Cleaver. Este precedente fue posteriormente confirmado en una decisión de la Corte Suprema en 1992 en el caso Quill vs. North Dakota. Sin embargo, la decisión de 1992 contenía una cláusula que otorgaba al Congreso el derecho de anular la decisión. Desde entonces, se ha debatido al respecto.

Recientemente, se incluyó una propuesta para introducir un impuesto nacional sobre las ventas por internet en el proyecto de ley de gastos omnibus de $1.3 billones, pero fue eliminada en el último momento. Esta semana, la Corte Suprema abordará el tema una vez más en un nuevo caso, South Dakota vs. Wayfair. El caso involucra una ley que South Dakota aprobó en 2006, la cual requiere que los minoristas en línea cobren impuestos sobre las ventas si el negocio tiene más de $100,000 en ventas anuales a residentes de South Dakota o más de 200 transacciones separadas con residentes del estado. Cualquier negocio que venda algo por internet querrá seguir de cerca este caso. Si la Corte respalda la ley de South Dakota, sentará las bases para que otros estados de todo el país comiencen a implementar requisitos de ventas a distancia más agresivos. Hasta cierto punto, esto ya está sucediendo. Como mencioné en un artículo en 2016, una coalición poco coordinada de 13 gobiernos estatales se unió para comenzar a imponer impuestos locales rigurosos sobre las ventas en línea. Hoy en día, existe una red enormemente complicada de diversos impuestos estatales, municipales y locales, así como diferentes requisitos de cumplimiento en las jurisdicciones fiscales locales de todo el país.

Es evidente que el tema de los impuestos en las ventas por internet es un asunto complejo y en constante evolución. Las decisiones judiciales y las propuestas legislativas están moldeando el futuro de cómo se gravarán estas transacciones. Las empresas que operan en línea deben estar preparadas para adaptarse a los cambios y cumplir con las regulaciones fiscales en constante cambio. Además, los consumidores también deben estar conscientes de que es posible que se les cobren impuestos adicionales al realizar compras en línea en el futuro.

En conclusión, el caso South Dakota vs. Wayfair es solo el último capítulo en la historia en evolución de los impuestos en las ventas por internet. Las decisiones que se tomen en este caso tendrán un impacto significativo en la forma en que las empresas y los consumidores realizan transacciones en línea. Es importante seguir de cerca este tema y estar informado sobre los cambios que puedan surgir en el futuro cercano.

Fuente del artículo: Forbes

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