El Futuro de la Vida: De la Biología a la Inteligencia Artificial

Desde hace miles de años, la vida en la Tierra ha estado progresando y evolucionando. Ninguna especie ejemplifica esto más que los seres humanos. Max Tegmark imagina que ahora nos estamos moviendo hacia la etapa evolutiva final: la Vida 3.0. En esta era de la humanidad, la tecnología vivirá de forma independiente, diseñando tanto su propio hardware como su software, y las repercusiones para la existencia misma de la humanidad son inmensas.

Aunque todavía no existe vida artificial en la Tierra, nos enfrentamos a la aparición de la inteligencia no biológica, comúnmente conocida como inteligencia artificial (IA). En este artículo, te llevaré en un viaje que traza posibles versiones del futuro. También aprenderás qué implica exactamente la creación de la IA y cómo difiere de la inteligencia humana. En el camino, te enfrentarás a algunas de las preguntas filosóficas más importantes sobre lo que significa ser humano.

La historia de cómo surgió la vida en la Tierra es bien conocida. Hace unos 13.800 millones de años, el Big Bang dio origen a nuestro universo. Luego, hace unos cuatro mil millones de años, los átomos en la Tierra se organizaron de tal manera que pudieron mantener y replicarse a sí mismos. Surgió la vida. Según el autor, la vida se puede clasificar en tres categorías según su nivel de sofisticación.

La primera etapa de la vida, la Vida 1.0, es simplemente biológica. Considera una bacteria. Cada aspecto de su comportamiento está codificado en su ADN. Es imposible que aprenda o cambie su comportamiento a lo largo de su vida. Lo más cercano que llega a aprender o mejorar es a través de la evolución, pero eso lleva muchas generaciones.

La segunda etapa es la cultural, la Vida 2.0. Los seres humanos están incluidos aquí. Al igual que la bacteria, nuestro “hardware” o cuerpos han evolucionado. Pero a diferencia de formas de vida más simples, podemos adquirir nuevos conocimientos durante nuestra vida. Por ejemplo, aprender un idioma. Podemos adaptar y rediseñar ideas que podríamos llamar nuestro “software”. Y tomamos decisiones utilizando este conocimiento.

La etapa final es la teórica Vida 3.0, una forma de vida tecnológica capaz de diseñar tanto su hardware como su software. Aunque esta vida aún no existe en la Tierra, la aparición de inteligencia no biológica en forma de tecnologías de IA podría cambiar esto pronto.

Aquellos que tienen opiniones sobre la IA pueden ser clasificados según cómo perciben el efecto de este campo emergente en la humanidad. En primer lugar, están los utópicos digitales. Ellos creen que la vida artificial es un paso natural y deseable en la evolución. En segundo lugar, están los tecnófobos. Como su nombre lo sugiere, no creen que la vida artificial tenga un impacto en un futuro cercano. Por último, está el movimiento de la IA beneficiosa. Estas personas no están convencidas de que la IA necesariamente traerá beneficios a los seres humanos. Por lo tanto, abogan por que la investigación en IA se dirija específicamente hacia posibles resultados universalmente positivos.

Las capacidades de memoria, computación, aprendizaje e inteligencia no son atributos exclusivamente humanos. ¿Qué nos hace humanos? ¿Nuestra capacidad de pensar y aprender? Uno podría pensar que sí…

Te puede interesar