El Futuro de la Transformación Digital: IoT, IA, Blockchain y Fog Computing

En los últimos años, hemos escuchado mucho sobre el Internet de las Cosas (IoT) como una fuerza impulsora detrás de la transformación digital. Sin embargo, ¿es el IoT por sí solo verdaderamente transformador? Yo argumentaría que no. El IoT se centra principalmente en conectar de manera segura dispositivos que generan datos. Es un elemento clave de la disrupción y el cambio, pero necesita asociarse con otras tecnologías como la inteligencia artificial (IA), el blockchain y el fog computing para crear miles de millones, algunos dicen billones, de dólares en valor y transformar industrias.

La IA y el IoT tienen una relación sinérgica notable. La IA, especialmente el aprendizaje automático, proporciona inteligencia, la capacidad de evaluar opciones, aprender de la experiencia y tomar decisiones inteligentes. El IoT, como el cuerpo, proporciona la capacidad de percibir y actuar. El IoT proporciona los datos que la IA necesita y los medios físicos para actuar en las decisiones de la IA. La convergencia de la IA y el IoT está creando innumerables nuevas oportunidades. Por ejemplo, el monitoreo remoto de la salud ofrece diagnósticos en el hogar, analizando un flujo constante de datos las 24 horas del día, los 7 días de la semana, y proporcionando información para el cuidado. En la fabricación, el análisis predictivo brinda a los gerentes de producción la inteligencia para evaluar las compensaciones entre construir una nueva planta, por ejemplo, o comprar capacidad adicional según sea necesario. Y los sistemas de mantenimiento preventivo utilizan datos del IoT y la IA para predecir y prevenir problemas en los equipos antes de que ocurran.

Ahora, agreguemos la tecnología blockchain a la mezcla. El blockchain permite un intercambio seguro de valor entre entidades en redes distribuidas. Tener un medio confiable para transferir y rastrear activos, capacidades o transacciones en línea permite una nueva clase de aplicaciones de IoT y puede ayudar a abordar una de las mayores barreras para la adopción del IoT: la seguridad de los datos. Por ejemplo, una compañía de energía está considerando el uso de blockchain para gestionar las interacciones entre paneles solares y la red eléctrica. Y los fabricantes de automóviles están considerando la tecnología para autenticar las interacciones entre vehículos conectados y la infraestructura en las carreteras. Dado que el blockchain crea un registro a prueba de manipulaciones de transacciones, también puede rastrear y autenticar el origen de los productos a lo largo de la producción y distribución, evitando la introducción de componentes falsificados y aislando las fuentes de problemas de calidad.

La tecnología en la nube ha provocado una revolución en el procesamiento de datos, pero a menudo es insuficiente para satisfacer las demandas en tiempo real de las nuevas aplicaciones intensivas en ancho de banda. La primera generación de la nube se centró en el procesamiento por lotes de grandes cantidades de datos, como encuestas sísmicas, o casos de uso de IoT no sensibles al tiempo, como máquinas expendedoras conectadas básicas. Pero ahora consideremos una plataforma petrolífera en alta mar. Sus miles de sensores generan de uno a dos terabytes de datos por día, lo que tomaría días transmitir a la nube utilizando una conexión satelital. Aquí es donde entra en juego la computación en la niebla. Al extender las arquitecturas de la nube existentes a la propia plataforma petrolífera, la computación en la niebla permite procesar y analizar datos en tiempo real localmente, basándose en políticas provenientes de la nube, y solo enviar excepciones y alertas a través de la conexión satelital.

Aunque cada una de estas tecnologías permite nuevas aplicaciones de IoT y acelera su adopción, su impacto se multiplica cuando las combinamos. Tomemos como ejemplo los drones y los vehículos autónomos. El IoT convierte a los drones en herramientas de alto valor cuando se combinan con IA, fog computing y blockchain. Estos drones autónomos pueden trabajar durante más tiempo y de manera más eficiente que los drones pilotados. Pueden elegir automáticamente la ruta de vuelo más eficiente y cambiarla sobre la marcha para evitar mal tiempo, árboles o líneas eléctricas. Incluso pueden operar en entornos oscuros y llenos de obstáculos más allá del alcance de Internet y GPS. Estos drones están listos para aplicaciones críticas, ya sea una inspección de un gasoducto o la entrega segura de paquetes en la ciudad de Nueva York. El ejército de los Estados Unidos está experimentando con el uso de “enjambres” de drones que se comunican entre sí en el aire y colaboran para idear la mejor manera de cumplir su misión colectiva.

En resumen, el futuro de la transformación digital se basa en la combinación de tecnologías como el IoT, la IA, el blockchain y el fog computing. Cada una de estas tecnologías aporta capacidades importantes, pero solo juntas tienen el potencial de cumplir las grandes expectativas del IoT. La sinergia entre la IA y el IoT, la seguridad del blockchain y la capacidad de procesamiento en tiempo real del fog computing son los cimientos sobre los cuales se construirá la próxima era de la transformación digital.

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