La tecnología blockchain ha estado asociada principalmente con las criptomonedas como el bitcoin, pero su potencial va mucho más allá. Aunque aún nos encontramos en las etapas iniciales de adopción, tanto las empresas como los consumidores están comenzando a comprender los beneficios que esta tecnología puede ofrecer. Uno de los obstáculos para su adopción generalizada es la creencia de que blockchain requiere una infraestructura extensa debido a la gran cantidad de datos que se deben gestionar. Sin embargo, paradójicamente, es la propia tecnología blockchain la que puede ayudar a reducir la “contaminación de datos” y facilitar la implementación de esta tecnología.
La cantidad de datos que hemos producido en la corta vida de Internet es asombrosa. Actualmente, se estima que existen alrededor de 44 zettabytes de datos en el mundo. Para el año 2025, se predice que la población mundial creará aproximadamente 463 exabytes de datos cada 24 horas. A pesar de que generamos gigabytes de datos cada hora, la mayoría de ellos nunca se utiliza ni se analiza. Según un artículo de McKinsey de 2016, solo se ha analizado el 1% de los datos. A veces, me refiero a esto como “contaminación digital”. Cada empresa de tecnología y gran empresa depende de los datos masivos para llevar a cabo su negocio diario, y esta contaminación de datos se convertirá en una carga para nuestro universo digital más pronto de lo que nos damos cuenta. Una vez que esto suceda, nos veremos limitados por tener que adaptar soluciones para gestionar la sobrecarga. Debemos tomar medidas ahora para solucionar la causa raíz y reducir drásticamente el crecimiento innecesario de datos.
Gran parte de esta contaminación es el resultado del estándar actual para garantizar que la información que recibimos sea 100% precisa y confiable. En este contexto, me refiero a “preciso” como un activo digital que está actualizado y no ha sido manipulado, puede ser cualquier cosa, desde los últimos resultados de pruebas médicas hasta las credenciales de identificación verificadas de alguien (como una licencia de conducir) o incluso la última versión de un documento de trabajo en el que un equipo ha estado colaborando. Cada vez que se necesita un activo, se envía a los destinatarios y cada uno de ellos lo descarga, lo que crea una replicación innecesaria de los datos y aumenta la contaminación de datos con la que todos tendremos que lidiar en el futuro.
Con la tecnología blockchain, en lugar de reproducir el archivo tantas veces, el propietario del archivo simplemente puede señalarlo digitalmente y cada destinatario puede acceder al mismo archivo cuando lo necesite. Hasta hace poco, señalar un archivo digital implicaba demasiados riesgos como para considerarlo una opción viable para la mayoría de las empresas. No solo los archivos digitales corren el riesgo de ser hackeados, sino que la mayoría de las plataformas de software tienen inteligencia artificial que escanea la información para alimentar sus propias bases de datos, y en varios casos notables (incluido el caso en el que un proveedor de correo electrónico accedió a la cuenta de correo electrónico de un blogger para identificar la fuente de una filtración), los archivos personales han sido accedidos por el proveedor de software. Los equipos legales, las instituciones financieras, los proveedores de servicios médicos y otras industrias de alto riesgo no pueden utilizar estas plataformas debido a su necesidad de los más altos niveles de privacidad.
Sin embargo, con los documentos tokenizados en blockchain, es claro si un archivo ha sido modificado y quién ha tenido acceso a él. La tokenización proporciona una base de confianza que ha estado ausente en nuestro universo digital. Si hacemos la transición a una plataforma centrada en blockchain, muchos de estos obstáculos desaparecerán porque cada archivo será inmutable y tendrá un registro claro de cuándo fue el último acceso. Todas las partes podrán saber cuándo se actualizó por última vez la información y que no ha sido alterada por alguien sin acceso aprobado. Este es un modelo prometedor en el universo digital y podría ser lo que necesitamos para frenar el crecimiento exponencial de la contaminación de datos.
En conclusión, la tecnología blockchain tiene el potencial de revolucionar la forma en que gestionamos y compartimos datos en el mundo digital. Al reducir la replicación innecesaria de archivos y proporcionar una base de confianza, podemos combatir la contaminación de datos y garantizar la privacidad y la integridad de la información. Si bien aún queda mucho camino por recorrer, es importante que las empresas y los consumidores comiencen a explorar las posibilidades que ofrece esta tecnología y consideren su implementación en sus operaciones diarias. El futuro de la tecnología blockchain es prometedor y está en nuestras manos aprovechar al máximo su potencial.