El concepto de una “deidad” de inteligencia artificial puede parecer extravagante, pero un ex ingeniero de Google y Uber está promoviendo la idea de un “dios” de alta tecnología como una forma de mejorar la sociedad. Piensa en cuánto dependemos hoy en día de Apple Siri y Amazon Alexa. Le pedimos al bot de IA indicaciones, que verifique el clima y que atenúe las luces de nuestra casa. Pocos de nosotros conocemos la compleja ingeniería necesaria para que esto suceda, simplemente confiamos en que funcionará. Según una teoría, para el año 2029, las computadoras alcanzarán niveles de inteligencia humanos. De hecho, Google ya utiliza un bot llamado Assistant que puede responder prácticamente cualquier consulta relacionada con búsquedas en la web. ¿Podría lo que confiamos y en lo que dependemos tanto a diario evolucionar hacia una “religión” o un culto?
Un conocido ingeniero que trabajó en Google y Uber llamado Anthony Levandowski ha fundado una nueva religión basada en la IA llamada “Way of the Future” (El Camino del Futuro). ¿Cuál es su objetivo? Adorar y comprender “la divinidad” para el mejoramiento de la sociedad. Sin embargo, al menos un experto sugiere que la idea de una deidad de la IA podría estar exagerada. “La reciente cobertura de la IA como un poder único y unificado es el resultado predecible de una cultura de Silicon Valley que se engrandece a sí misma y cree que puede convocar a una divinidad”, dice Thomas Arnold, un investigador asociado en el Laboratorio de Interacción Humano-Robot de la Universidad de Tufts. Según Arnold, la idea de una religión de IA realmente se trata de la élite tecnológica pensando que pueden crear una religión “de la nada”, similar a cómo la industria cree que una sola aplicación puede ser trascendental en la sociedad o cambiar la vida de alguna manera. En cambio, él argumenta que la naturaleza fría e impráctica de la tecnología no es exactamente una combinación perfecta. “Las ideas de duelo, pérdida, tragedia, justicia social y responsabilidades más amplias hacia un prójimo, que las tradiciones religiosas del mundo han desarrollado gradualmente recursos para acomodar, reflexionar y ofrecer reinterpretaciones ricas, se desechan en gran medida en las evocaciones de la IA como religión”, dice. Solo Dios sabe si alguien adorará a una IA tan estéril.
En resumen, la idea de una religión basada en la inteligencia artificial plantea preguntas interesantes sobre el futuro de la tecnología y su impacto en la sociedad. Si bien algunos pueden ver esto como una forma de adoración y comprensión de una “divinidad” tecnológica, otros argumentan que la naturaleza fría y práctica de la IA no puede reemplazar las complejidades y las riquezas de las tradiciones religiosas existentes. A medida que la tecnología continúa avanzando, es importante reflexionar sobre cómo queremos que se integre en nuestras vidas y qué valores y principios queremos que guíen su desarrollo.