La inteligencia artificial (IA) es una tecnología que a menudo se presenta en los medios de comunicación como una “caja negra”, donde planteamos un problema, alimentamos un conjunto de datos en un sistema de algoritmos y dejamos que encuentre una solución por sí mismo. Con el tiempo, a medida que el sistema aprende de sus propias experiencias anteriores, mejora en la resolución de problemas. Pero nadie sabe exactamente qué sucede entre estos pasos. Sin embargo, esto no impide que los inversores de Silicon Valley inviertan capital de riesgo en startups que construyen negocios basados en la inteligencia artificial y prometen cambiar el mundo.

Según los datos de CB Insights, entre 2012 y 2016, la financiación de capital de riesgo en startups de IA aumentó más de ocho veces. A medida que el zumbido en torno a la IA se vuelve más fuerte, han surgido preocupaciones sobre la llamada “apocalipsis de la IA”. Las personas temen que los robots reemplacen a los humanos en la mayoría de las funciones de nuestra sociedad. Los robots de IA ya están sirviendo como cajeros de supermercados, baristas, asesores financieros e incluso mascotas. Un estudio de McKinsey proyecta que, para 2030, 800 millones de empleos humanos serán reemplazados por robots.

Sin embargo, dentro de la academia de la IA, los científicos ven una imagen ligeramente diferente. “Las máquinas todavía tienen un largo camino por recorrer para reemplazar a los humanos”, dijo Kyunghyun Cho, científico de investigación de IA de Facebook y profesor de ciencia de datos en la Universidad de Nueva York, en una entrevista reciente con Observer. Cho es una estrella en ascenso en la traducción automática, un subcampo de la lingüística computacional que ha experimentado avances importantes en los últimos años gracias a la aplicación de la IA. Cho fue incluido en la lista de “personas a seguir en 2018” de Bloomberg. Geoffrey Hinton, profesor de ciencias de la computación en la Universidad de Toronto, considerado “el padrino de la IA”, dijo a Bloomberg que el trabajo de Cho tuvo un gran impacto en la traducción automática.

La traducción automática tiene como objetivo utilizar software para traducir texto o voz de un idioma a otro. Los científicos han estado trabajando en este campo durante décadas, pero los avances importantes no comenzaron a tener lugar hasta los últimos cinco años, cuando las redes neuronales a gran escala comenzaron a aplicarse para impulsar el proceso de traducción. La tecnología ahora se utiliza ampliamente en herramientas de internet cotidianas y dispositivos domésticos como Google Translate, Siri de Apple y los altavoces inteligentes de Amazon, Alexa.

En resumen, aunque la IA ha avanzado significativamente en el campo de la traducción automática, los científicos creen que las máquinas aún tienen un largo camino por recorrer antes de poder reemplazar por completo a los humanos. La IA puede ser una herramienta poderosa para mejorar la eficiencia y la precisión en diversas tareas, pero la creatividad, la empatía y el juicio humano siguen siendo habilidades únicas que los robots no pueden replicar. Por lo tanto, en lugar de temer a la IA, debemos aprovechar su potencial para mejorar nuestras vidas y encontrar formas de colaborar con ella en lugar de verla como una amenaza.