El Futuro de la Inteligencia Artificial: Más Allá de lo que Vemos Hoy

La Inteligencia Artificial (IA) es más que una simple palabra de moda, es un cambio. Si el siglo XXI se supone que será recordado por algo, sin duda será por la inteligencia artificial y los cambios que ha traído consigo. Desde que la idea de las máquinas cobró vida y se acuñó el término “inteligencia artificial” en una conferencia de verano en la Universidad de Dartmouth, la IA ha tenido un impacto significativo en la vida de las personas. Hoy en día, las máquinas comprenden comandos verbales, distinguen imágenes, conducen automóviles, juegan juegos y mucho más de una manera mejor que los humanos. ¿Te creerías si te digo que las aplicaciones de IA que vemos hoy en día son apenas la punta del iceberg de la IA? Sí, hay absolutamente una montaña entera de aplicaciones que podrían descubrirse en el futuro. Desafortunadamente, también existen amenazas. Las personas están grabadas con el miedo de que la IA pueda capturar pronto el mundo y eliminar a la humanidad como se muestra en las películas distópicas. No podemos negarlo por completo, pero el desarrollo de la IA depende de cómo la entrenemos los humanos. Por lo tanto, gran parte de la responsabilidad está en nuestras manos para alimentar a la IA con conjuntos de datos considerables.

Principalmente, la IA se puede dividir en cuatro tipos:

  • Máquinas Reactivas
  • Máquinas con Memoria Limitada
  • Teoría de la Mente
  • IA Autoconsciente

La IA también se puede clasificar según la tecnología en tres tipos:

  • Inteligencia Artificial Estrecha (IAE)
  • Inteligencia Artificial General (IAG)
  • Inteligencia Artificial Super (IAS)

Tipos de IA Explicados

Máquinas Reactivas

Las máquinas reactivas son el tipo más básico de sistemas de IA que perciben el mundo directamente y actúan en función de lo que ven. La computadora es puramente reactiva y no tiene que formar memoria ni utilizar experiencias pasadas. El investigador de IA Rodney Brooks argumentó en un artículo seminal que solo deberíamos construir este tipo de IA. Por ejemplo, Deep Blue, la supercomputadora de ajedrez de IBM que logró un avance al vencer al gran maestro Garry Kasparov en 1997, era una máquina reactiva. No utilizó conjuntos de datos preaplicados ni buscó partidas anteriores. Todo lo que sabía era cómo jugar el juego y las condiciones. La computadora movió las fichas de ajedrez basándose en su intuición en tiempo real y ganó el juego.

Máquinas con Memoria Limitada

Las máquinas con memoria limitada son similares a las máquinas reactivas, pero se les agrega datos históricos que les ayudan a tomar decisiones. Casi todas las máquinas que usamos hoy en día son máquinas con memoria limitada, que funcionan con conjuntos de datos. Los sistemas de IA utilizan el aprendizaje profundo y se entrenan con grandes volúmenes de datos que almacenan en su memoria para formar un modelo de referencia para resolver problemas futuros. Por ejemplo, una IA de reconocimiento de imágenes se entrena para determinar y etiquetar ciertas cosas como un gato o un perro en una imagen. Sabe cómo se ve un gato o un perro a partir de los conjuntos de datos previamente entrenados. A partir de ahí, descarta las imágenes que no coinciden.

Teoría de la Mente

Como su nombre indica, las máquinas de teoría de la mente representan una clase avanzada de tecnología y solo existen como concepto. Este tipo de IA requiere una comprensión exhaustiva de los sentimientos y comportamientos de las personas y las cosas dentro de un entorno. La teoría de la mente es una mejora tecnológica crítica que clasifica las emociones, sentimientos y pensamientos de las personas. Aunque se han realizado muchas mejoras para llegar a esta etapa de la IA, aún no está completamente desarrollada. Un ejemplo del mundo real de la teoría de la mente es Kismet, diseñado a finales de la década de 1990. Kismet puede imitar las emociones humanas y reconocerlas.

En resumen, la inteligencia artificial está en constante evolución y tiene el potencial de transformar aún más nuestras vidas en el futuro. A medida que exploramos y desarrollamos nuevos tipos de IA, es importante tener en cuenta tanto las oportunidades como los desafíos que presenta. La responsabilidad de guiar el desarrollo de la IA recae en nosotros, los seres humanos, y debemos asegurarnos de utilizarla de manera ética y responsable para el beneficio de toda la humanidad.

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