Con el creciente entusiasmo por los avances en inteligencia artificial, es natural preguntarse por qué las máquinas inteligentes aún no están controlando nuestras vidas. Los avances clave tienen la capacidad de deslumbrar al público, a los responsables de la toma de decisiones y a los inversores, haciéndoles creer que la inteligencia artificial a nivel humano podría estar a la vuelta de la esquina. Sin embargo, un nuevo informe, que intenta evaluar el progreso real que se está logrando, demuestra que esto está lejos de ser cierto. Los hallazgos pueden ayudar a informar la discusión sobre cómo la inteligencia artificial afectará la economía y el empleo en los próximos años.
“No hay duda de que ha habido una serie de avances en los últimos años”, dice Erik Brynjolfsson, profesor de la Escuela de Administración Sloan del MIT y uno de los autores del informe. “Pero también está claro que estamos muy lejos de la inteligencia artificial general”. Brynjolfsson señala los avances notables en la clasificación de imágenes y el reconocimiento de voz. Sin embargo, las computadoras entrenadas para realizar estas tareas no pueden hacer mucho más y no pueden adaptarse si la naturaleza de la tarea cambia ligeramente o si ven algo completamente desconocido.
El informe forma parte de un esfuerzo continuo, llamado el Índice de IA, para cuantificar el progreso en inteligencia artificial e identificar áreas en las que aún se necesita más. Los otros autores son Yoav Shoham, profesor en Stanford; Raymond Perrault, investigador en SRI; Jack Clark, director de políticas en OpenAI; y Calvin LeGassick, gerente de proyectos para el Índice de IA. Brynjolfsson también es el director de la Iniciativa del MIT sobre la Economía Digital, un esfuerzo para comprender las implicaciones económicas y sociales de la IA y la robótica. Brynjolfsson afirma que el nuevo informe debería ayudar en este tipo de investigaciones económicas. “Lo siguiente que debemos preguntarnos es cómo esto [el progreso] afectará a la economía y al empleo”, dice.
El informe utiliza varias métricas para medir el auge actual de la IA, incluido el crecimiento en las ofertas de empleo relacionadas con la IA, el aumento de las startups centradas en la IA y el número de contribuyentes a importantes proyectos de IA de código abierto. También señala los puntos de referencia existentes en áreas específicas como el procesamiento de imágenes, la comprensión del lenguaje natural y el juego computarizado de ajedrez, Go, juegos de Atari y más.
En resumen, aunque hemos presenciado avances significativos en la inteligencia artificial en los últimos años, todavía estamos lejos de alcanzar la inteligencia artificial general. Si bien las máquinas pueden realizar tareas específicas con gran precisión, su capacidad para adaptarse y enfrentar situaciones nuevas sigue siendo limitada. A medida que continuamos explorando los límites de la inteligencia artificial, es importante considerar cómo estos avances afectarán la economía y el empleo. La inteligencia artificial tiene el potencial de transformar numerosas industrias, pero también plantea desafíos y preguntas éticas que debemos abordar de manera responsable.