La evolución de la Inteligencia Artificial (IA) ha sido una rica historia de exploración desde sus orígenes en la década de 1950, con la última década proporcionando un capítulo especialmente dramático de innovaciones revolucionarias. Pero creo que la verdadera historia es lo que viene a continuación, cuando la disrupción se estabiliza y el aprendizaje automático pasa de ser un tema recurrente en los titulares de Silicon Valley a una tecnología cotidiana. Será un capítulo mucho más largo, quizás décadas, en el que los desarrolladores de todo el mundo utilizarán un conjunto maduro de herramientas para transformar sus industrias.
En 2019, nos encontramos al comienzo de este nuevo capítulo. La IA ha experimentado una notable refinación en los últimos años, a medida que las barreras de entrada han disminuido y han surgido una amplia gama de productos, servicios, recursos y mejores prácticas. A medida que nuestro enfoque cambia, finalmente, de la IA en sí misma al impacto que la IA puede tener en su negocio, la pregunta ya no es cómo funciona esta tecnología, sino qué puede hacer por usted. En otras palabras, estamos entrando en la era de la IA implementada.
La IA implementada va más allá de la ingeniería, se trata de una visión compartida. La experiencia en ingeniería siempre desempeñará un papel en la IA. Pero en la era de la IA implementada, nuestro activo más importante será la visión que guía esa experiencia. ¿Qué problemas puede resolver la IA y qué tipo de datos puede requerir la solución? ¿Con qué métricas se medirá el éxito? ¿Y cómo se puede integrar el resultado de la manera más efectiva con las personas y los procesos ya establecidos en cualquier negocio dado? Estas son preguntas amplias y organizativas, y sus respuestas no vendrán de un solo interesado. Cada voz puede contribuir a la IA implementada, tanto técnicos como no técnicos, y es vital que las empresas establezcan flujos de trabajo que empoderen a todos para desempeñar un papel.
Uno de mis ejemplos favoritos recientes de este cambio en las posibilidades proviene de la Universidad Carnegie Mellon (CMU), donde anteriormente me desempeñé como decano del departamento de ciencias de la computación. Mientras estuve allí, una estudiante estaba considerando sus opciones para un próximo proyecto de inteligencia artificial y pensó en su hermana, que resulta ser sorda. Quería facilitar que sus amigos aprendieran los conceptos básicos del lenguaje de señas estadounidense, por lo que desarrolló una herramienta impulsada por IA que rastreaba sus movimientos y proporcionaba retroalimentación automática a medida que aprendían nuevos signos. Y aquí está la mejor parte: ella no era una postdoctorada en ciencias de la computación ni siquiera una estudiante de posgrado, era una estudiante de historia que tomaba una clase introductoria por diversión. Es difícil imaginar un mejor ejemplo de lo accesible y poderosa que puede ser la IA implementada, o una mejor indicación de que esta tecnología está lista para resolver problemas para cada negocio, en cada industria, hoy en día.
En resumen, estamos en un momento emocionante en la evolución de la IA. A medida que la tecnología se vuelve más accesible y madura, las posibilidades de implementación son infinitas. La clave está en tener una visión clara de cómo la IA puede beneficiar a su negocio y en establecer flujos de trabajo que permitan a todos contribuir a su implementación. La IA implementada no es solo para los expertos en ingeniería, sino para todos aquellos que deseen aprovechar su potencial para transformar sus industrias y resolver problemas de manera innovadora.
¡El futuro de la IA está aquí y es hora de aprovecharlo al máximo!