La industria farmacéutica se encuentra en una encrucijada. A pesar de gastar cada vez más dinero, se logran menos avances científicos. Sin embargo, hay esperanza en el horizonte. GlaxoSmithKline (GSK) anunció recientemente un cambio radical en su inversión en investigación y desarrollo. La gigante farmacéutica británica se enfocará en la analítica de datos y en la relación entre el sistema inmunológico y las enfermedades humanas. Esto es solo el comienzo de lo que está por venir y también representa una gran oportunidad para los inversores.
GSK está tratando de captar las tendencias más grandes. Al estudiar los perfiles genéticos de pacientes con enfermedades, los científicos están comenzando a comprender qué es lo que enferma a los seres humanos en primer lugar. Mientras tanto, la tecnología de la información está acelerando a un ritmo exponencial. Cada día, los investigadores utilizan los avances en el aprendizaje automático y la inteligencia artificial para identificar patrones en los datos que hace una década eran invisibles. A menudo, creemos que estos avances se limitan a los vehículos autónomos o las fábricas automatizadas. En realidad, este progreso se aplica a una amplia variedad de sectores. El descubrimiento de medicamentos es especialmente propenso a la interrupción porque no ha evolucionado en décadas.
En un estudio de investigación de noviembre de 2017 realizado por el Centro de Soluciones de Salud de Deloitte, titulado “El Futuro Despierta”, los analistas vislumbran grandes cambios en menos de cinco años. Plantean que, para 2022, la medicina será predictiva, preventiva (basada en el riesgo), personalizada y participativa. Es una visión audaz del futuro…
Los biólogos computacionales con sudaderas y jeans crearán tratamientos farmacológicos personalizados basados en lo que saben sobre el perfil genómico individual del paciente. Y detrás de escena, los científicos de datos utilizarán la inteligencia artificial para buscar biomarcadores previamente invisibles en modelos algorítmicos. Esta visión se alinea con un video promocional reciente de GSK. La compañía promete utilizar conocimientos genéticos, su creciente comprensión del sistema inmunológico y la analítica de datos a gran escala. Su objetivo es ofrecer la próxima generación de avances científicos y, en algunos casos, curas.
GSK dio un paso importante en esa dirección con una nueva inversión de $300 millones en 23andMe, una empresa de genómica personal con sede en Mountain View, California. Hasta la fecha, esta empresa del Silicon Valley ha recopilado información genómica de 5 millones de personas, una gran cantidad de datos. Inicialmente, las compañías colaborarán en un proyecto de investigación sobre el Parkinson.
La industria farmacéutica está en medio de una revolución impulsada por los datos. La combinación de la genómica, la analítica de datos y la inteligencia artificial está abriendo nuevas posibilidades para el descubrimiento de medicamentos y el tratamiento de enfermedades. Los avances en estas áreas están permitiendo un enfoque más personalizado y preciso en la medicina. En lugar de tratamientos genéricos, los médicos podrán diseñar terapias específicas para cada paciente, teniendo en cuenta su perfil genético y otros factores de riesgo.
Esta revolución también tiene implicaciones para los inversores. Las compañías farmacéuticas que adopten estas nuevas tecnologías y enfoques tendrán una ventaja competitiva en el mercado. Además, las empresas de tecnología que se especializan en genómica y análisis de datos también están en una posición favorable para crecer y expandirse.
En resumen, el futuro de la industria farmacéutica está siendo moldeado por la revolución de los datos. La combinación de la genómica, la analítica de datos y la inteligencia artificial está abriendo nuevas posibilidades para el descubrimiento de medicamentos y el tratamiento de enfermedades. Estamos presenciando una transformación en la forma en que se desarrollan y administran los medicamentos, lo que eventualmente beneficiará a los pacientes y a la sociedad en general.


