La inteligencia artificial (IA) es una de las tecnologías más poderosas y prometedoras en la actualidad. Sin embargo, existe una preocupación creciente sobre una posible carrera armamentista en el campo de la IA. Yoshua Bengio, uno de los grandes maestros de la IA moderna, no está de acuerdo con esta idea y aboga por hacer que la tecnología sea más accesible para el mundo en desarrollo.
Bengio, junto con Geoff Hinton y Yan LeCun, es famoso por su trabajo en el aprendizaje profundo, una técnica que ha demostrado ser extremadamente efectiva en una amplia gama de tareas prácticas, desde el reconocimiento de voz y la clasificación de imágenes hasta el control de vehículos autónomos y la automatización de decisiones empresariales.
A diferencia de Hinton y LeCun, quienes se unieron a grandes empresas tecnológicas, Bengio sigue siendo profesor a tiempo completo en la Universidad de Montreal. Sin embargo, en 2016 cofundó Element AI, una empresa que ha tenido mucho éxito en ayudar a las grandes compañías a explorar las aplicaciones comerciales de la investigación en IA.
En una reciente entrevista con el editor senior de IA de MIT Technology Review, Bengio expresó su desacuerdo con la idea de una carrera de IA entre diferentes países. En lugar de eso, aboga por construir máquinas más inteligentes y asegurarse de que la IA se utilice para el bienestar de la mayor cantidad de personas posible.
Además, Bengio destaca la importancia de fomentar la colaboración entre países y hacer que sea más fácil para los investigadores de países en desarrollo acceder a recursos y comunidades científicas. Actualmente, es muy difícil para un investigador africano obtener una visa para Europa, Estados Unidos o Canadá. Bengio considera que esto es totalmente injusto y propone la organización de conferencias de IA en países en desarrollo como una forma de contrarrestar esta situación.
La inclusividad es otro aspecto fundamental que Bengio destaca. La IA tiene un gran potencial para ser útil en el mundo en desarrollo, donde las necesidades y los recursos son diferentes. Es importante que la comunidad científica y las empresas tecnológicas trabajen juntas para garantizar que la IA se utilice de manera justa y equitativa en todo el mundo.
En resumen, el futuro de la IA no debería ser una carrera armamentista, sino una oportunidad para construir un mundo mejor y más inclusivo. La tecnología debe ser accesible para todos, especialmente para aquellos en el mundo en desarrollo que pueden beneficiarse enormemente de ella. La colaboración entre países y la promoción de la inclusividad son clave para lograr este objetivo.