La tecnología más importante en los negocios hoy en día es la computación en la nube, y tiene un problema. La computación en la nube nativa permite acceder a cantidades casi inimaginables de cómputo y potentes herramientas de software a bajo costo. Está en el centro de un auge económico y tecnológico que ha sido llamado “La Segunda Era de las Máquinas”, con un impacto similar al de la Revolución Industrial. El Foro Económico Mundial también lo denomina “La Cuarta Revolución Industrial”. El problema radica en pensar y crear una comprensión común en torno a un cambio tan grande. Aquí, la industria no se ayuda a sí misma. Durante años, muchas personas pensaron que la tecnología en la nube era de alguna manera parte de la atmósfera misma. En realidad, pocas cosas son tan físicas: los grandes proveedores de servicios de computación en la nube pública como Amazon Web Services, Microsoft Azure y Google Cloud operan sistemas que abarcan todo el mundo, con millones de servidores conectados por cientos de miles de millas de cable de fibra óptica.
La mayoría de las personas ahora conocen los conceptos básicos de la computación en la nube, pero entenderla sigue siendo un problema. Tomemos un término popular actual, “cloud native”. Los profesionales de la tecnología de la información lo usan para describir estrategias, personas, equipos y empresas que “entienden” la nube, y lo utilizan para obtener el máximo beneficio. Otros lo usan para describir un enfoque para construir, implementar y administrar cosas en un entorno de computación en la nube. Las opiniones difieren. Ya sea que se refiera a personas o software, “cloud native” es una forma abreviada de operar con todo el poder de la nube. Esto incluye tener acceso rápido a una potente capacidad de cómputo. Significa crear, implementar y administrar software que se pueda reconfigurar rápidamente y de manera eficiente a medida que cambian las situaciones. Significa estar habilitado para los datos para detectar esos cambios, administrar a gran escala y ser lo suficientemente flexible como para satisfacer nuevas necesidades sin una revisión importante del sistema.
Michael Chui, socio del McKinsey Global Institute que estudia tecnología de la información, ve el entorno empresarial nativo de la nube en términos de un resultado cambiado. “El ritmo y la velocidad cambian”, dice. “Solo pagas por las cosas que deseas, lo que acopla el retorno de la inversión más estrechamente [a las necesidades comerciales], creando la oportunidad de cambiar los recursos de la infraestructura a la innovación para el negocio”. En principio, “cloud native” podría ser una ayuda útil para ayudar a las empresas a pensar en innovar al máximo. Sin embargo, con demasiada frecuencia, crea malentendidos y exclusión. “Native” connota una diferencia duradera de lo que nació en otro lugar. De hecho, mucho código de software más antiguo puede funcionar perfectamente dentro de los sistemas en la nube, especialmente si se trata con tecnologías como los contenedores de software que permiten flexibilidad y reconfiguración rápida. También sugiere que las empresas y las personas que estaban activas antes de que la computación en la nube apareciera en escena están en desventaja de alguna manera, o (para mantenerse en el idioma “nativo”) nunca dominarán del todo el nuevo lenguaje.
En resumen, la computación en la nube nativa es el futuro de los negocios. Permite a las empresas aprovechar al máximo los recursos de la nube y adaptarse rápidamente a los cambios del entorno. Aunque el término “cloud native” puede generar confusión, es importante comprender que no se trata de excluir a aquellos que no están familiarizados con la tecnología, sino de aprovechar al máximo las ventajas que ofrece. La computación en la nube nativa es una oportunidad para innovar y mejorar la eficiencia en los negocios, y aquellos que se adapten a este nuevo paradigma estarán mejor posicionados para el éxito en la era digital.