La computación cuántica es una de las tecnologías más prometedoras de nuestro tiempo. Aunque es poco probable que la mayoría de las personas utilicen hardware cuántico directamente, es muy probable que se beneficien de la investigación que se ha llevado a cabo gracias a esta tecnología.
Los tradicionales unos y ceros de las computadoras convencionales no pueden lograr el tipo de procesamiento que la computación cuántica es capaz de realizar. Las posibilidades son ilimitadas, pero hay un obstáculo importante: si las personas no tienen acceso a las computadoras cuánticas, la tecnología no será más que un proyecto científico intrigante.
IBM ha encontrado una solución a este problema con su plataforma en la nube llamada IBM Q. Desde su lanzamiento en mayo de 2016, esta plataforma ha brindado a los usuarios la posibilidad de utilizar la computación cuántica sin tener acceso directo a una computadora cuántica. Aunque el hardware en sí puede ser escaso, gracias a IBM Q se ha vuelto ubicuo.
La refrigeración es un factor común en muchos de los proyectos de computación cuántica de la última década. Las bajas temperaturas permiten mantener un entorno propicio para que se produzca la entrelazación cuántica. Este es uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan los científicos y los ingenieros que trabajan en este campo: ¿cómo podemos enfriar lo suficiente el área circundante para que el hardware funcione como se espera?
En una entrevista con Bob Sutor, vicepresidente de estrategia y ecosistema de IBM Q, se reveló que los dispositivos cuánticos reales, los qubits, se encuentran en un criostato que se mantiene a una temperatura cercana al cero absoluto. Esta refrigeración extrema permite que los qubits funcionen correctamente y realicen cálculos cuánticos.
La computación cuántica tiene el potencial de revolucionar numerosos campos, desde la criptografía hasta la simulación de moléculas complejas. Sin embargo, para que esta tecnología avance, es fundamental que los científicos, los investigadores académicos y otros profesionales tengan acceso al hardware necesario.
Gracias a la plataforma en la nube de IBM Q, la computación cuántica se vuelve accesible para un público más amplio. Esto significa que más personas podrán experimentar con esta tecnología y contribuir a su desarrollo. A medida que más investigadores tengan acceso a la computación cuántica, es probable que se realicen avances significativos en este campo.
En resumen, la computación cuántica es una tecnología emocionante que tiene el potencial de cambiar el mundo. Aunque es poco probable que la mayoría de las personas utilicen hardware cuántico directamente, la investigación y el desarrollo en este campo beneficiarán a todos. Gracias a plataformas como IBM Q, la computación cuántica se vuelve más accesible y prometedora.
Fuente del artículo: Digital Trends