Recientemente, los astrónomos hicieron un descubrimiento fascinante: miles de agujeros negros probablemente existen cerca del centro de nuestra galaxia. Lo sorprendente es que estas imágenes de rayos X que permitieron este descubrimiento no provienen de un telescopio de última generación, ni siquiera fueron tomadas recientemente. Algunos de los datos fueron recolectados hace casi 20 años. Los investigadores encontraron estos agujeros negros al analizar datos antiguos y archivados. Este tipo de descubrimientos se volverán cada vez más comunes a medida que la era del “big data” cambie la forma en que se hace ciencia.
Los astrónomos están recolectando una cantidad exponencialmente mayor de datos cada día, tanto que tomará años descubrir todas las señales ocultas en los archivos. Hace sesenta años, los astrónomos trabajaban principalmente solos o en equipos pequeños. Probablemente tenían acceso a un telescopio óptico terrestre de su institución. Sus observaciones se limitaban en gran medida a longitudes de onda ópticas, es decir, lo que el ojo puede ver. Esto significaba que se perdían señales de una variedad de fuentes astrofísicas, que pueden emitir radiación no visible desde ondas de radio de muy baja frecuencia hasta rayos gamma de alta energía. En su mayoría, si querías hacer astronomía, tenías que ser un académico o una persona rica y excéntrica con acceso a un buen telescopio. Los datos antiguos se almacenaban en forma de placas fotográficas o catálogos publicados. Pero acceder a los archivos de otros observatorios podía ser difícil, y era prácticamente imposible para los astrónomos aficionados.
Hoy en día, existen observatorios que cubren todo el espectro electromagnético. Estos observatorios de última generación, que generalmente son lanzados por agencias espaciales y suelen ser esfuerzos conjuntos de muchos países, ya no son operados por instituciones individuales. Con la llegada de la era digital, casi todos los datos están disponibles al público poco después de ser obtenidos. Esto hace que la astronomía sea muy democrática: ¡cualquiera que quiera puede volver a analizar casi cualquier conjunto de datos que sea noticia! (¡Tú también puedes ver los datos de Chandra que llevaron al descubrimiento de miles de agujeros negros!)
El potencial de los datos archivados es inmenso. Los científicos están descubriendo que la información valiosa puede estar oculta en los datos que ya tenemos, esperando ser desenterrada. Al analizar y reinterpretar los datos antiguos, se pueden hacer nuevos descubrimientos y obtener una comprensión más profunda del universo. Esto no solo se aplica a la astronomía, sino también a otras disciplinas científicas.
La era del “big data” está revolucionando la forma en que se hace ciencia. Los científicos ahora tienen acceso a una cantidad masiva de información que puede ser analizada y utilizada para hacer nuevos descubrimientos. Esto no solo acelera el proceso de investigación, sino que también permite que más personas participen en la ciencia. Cualquier persona con acceso a los datos y las herramientas adecuadas puede contribuir al avance del conocimiento científico.
En resumen, el futuro de la ciencia se encuentra en los datos que ya tenemos. Los científicos están desenterrando tesoros ocultos en los archivos, revelando nuevos conocimientos sobre el universo. La democratización de la ciencia a través del acceso a los datos está permitiendo que más personas participen en la investigación y contribuyan a los avances científicos. ¡El próximo gran descubrimiento podría estar esperando a ser encontrado en los datos que ya tenemos!