El Internet de las Cosas (IoT) ha transformado la forma en que las industrias operan y cómo las personas interactúan entre sí. Hemos presenciado una impresionante variedad de nuevas implementaciones de IoT, desde una explosión de aplicaciones de ciudades inteligentes en los Estados Unidos, hasta sensores implantados en los cuernos de rinocerontes en peligro crítico de extinción en África. La evolución de IoT ha conectado dispositivos a una velocidad récord y ha proporcionado inteligencia empresarial útil para resolver problemas complejos del mundo real. Por primera vez este año, el número de dispositivos IoT superó a la población mundial. Según un informe reciente, el gasto mundial en IoT en 2017 se estima en un crecimiento del 16.7%, alcanzando los $800 mil millones, con una expectativa de alcanzar $1.4 billones al año para 2021. La proliferación de dispositivos IoT se debe al hecho de que ahora es mucho más barato y fácil recopilar información de los sensores. Los avances tecnológicos en los dispositivos finales han producido transceptores de baja potencia y mecanismos de aprovisionamiento simples. Los espectros de largo alcance y sin licencia no requieren la infraestructura ni los costos asociados con las redes celulares y se han implementado en todo el mundo. Estos desarrollos recientes han reducido significativamente el costo total de propiedad (TCO) de las redes de área amplia de baja potencia (LPWAN) y han reducido la barrera de entrada, permitiendo a industrias como la manufactura, la red inteligente, la agricultura, el monitoreo de carga y la atención médica lograr los beneficios prometidos por IoT.
¿Qué sigue? IoT desechable. Se espera que el segmento de consumo sea el mayor usuario de “cosas” conectadas, representando el 63% del número total de aplicaciones en uso. Los consumidores disfrutan de capacidades mejoradas de monitoreo de seguridad, electrodomésticos inteligentes eficientes, información de salud mejorada y la capacidad de automatizar tareas rutinarias. Conectar elementos a gran escala como automóviles o hogares ha demostrado ser gratificante, pero ¿qué pasaría si pudiéramos llevar las ventajas de IoT a objetos más pequeños y cotidianos? Esto podría lograrse fácilmente si pudiéramos conectar cosas de manera tan económica que pudieran ser desechadas después de usarlas. A medida que los dispositivos electrónicos y el hardware continúan haciéndose cada vez más pequeños, está surgiendo un nuevo tipo de tecnología integrada. Una tendencia futura en IoT es hacerlo desechable o de un solo uso, agregando conectividad inalámbrica inteligente a objetos cotidianos a un precio asequible. Hasta ahora, se han utilizado chips de identificación por radiofrecuencia (RFID) para rastrear elementos individuales. Estos se incrustan dentro de los objetos y pueden transmitir información de identificación. Ahora, los usuarios desean capacidades extendidas que permitan la gestión de datos en tiempo real y de activos sin una infraestructura dedicada. La tecnología sería un dispositivo muy pequeño y ultra delgado que se puede adjuntar a una caja de cartón o un sobre y que se puede rastrear de cerca hasta que se abra. Esta tecnología de un solo uso se espera que sea un cambio de juego para la industria de IoT.
En resumen, el futuro de IoT se ve prometedor con la llegada de etiquetas desechables o de un solo uso. Esto permitirá que objetos cotidianos se conecten de manera inteligente y asequible, brindando beneficios adicionales a los consumidores y abriendo nuevas oportunidades para las industrias. A medida que la tecnología continúa avanzando, podemos esperar ver más innovaciones en el campo de IoT y cómo afecta nuestras vidas diarias.