En la actualidad, objetos cotidianos como relojes, monitores de pulso, ropa, televisores inteligentes, automóviles e incluso edificios están cada vez más conectados. En entornos industriales, los sensores se están introduciendo progresivamente en entornos inteligentes y autónomos. Según el último informe de movilidad de Ericsson, se prevé que haya 18 mil millones de conexiones de IoT para el año 2022, lo que representa más de la mitad de los 29 mil millones de dispositivos conectados pronosticados para ese año.
Desarrollar una estrategia de transformación digital se ha convertido en una prioridad importante para muchas empresas, especialmente a medida que aumenta la demanda de nuevas ofertas digitalizadas por parte de sus clientes. Internet de las Cosas (IoT) presenta nuevas oportunidades para que los operadores móviles faciliten esa transformación digital aprovechando sus activos principales y avanzando en la cadena de valor, a través de la provisión de plataformas inteligentes, facilitando ecosistemas e incluso convirtiéndose en socios de transformación para otras industrias.
El consumo de tráfico de datos móviles se duplica cada dos años. Sin embargo, desde 2010, el crecimiento de los ingresos por servicios de los operadores móviles se ha desacelerado hasta alcanzar una tasa anual actual de menos del 3 por ciento a nivel mundial. Además de las influencias macroeconómicas, esta desaceleración se debe principalmente a la feroz competencia de precios, la disminución de los ingresos por voz y la lucha por posicionarse en la emergente industria de contenido, que actualmente está dominada por otros actores.
Ahora, IoT tiene el potencial de ser la próxima ola de crecimiento para los operadores. La conectividad es la base de la creación de valor de IoT. Cuando las cosas a nuestro alrededor se vuelven inteligentes y conectadas, como cuando nuestro hogar con sensores nos alerta de una posible fuga de gas o nuestro automóvil nos advierte de una avería inminente, los operadores tienen nuevas oportunidades para agregar valor al conectar a los consumidores con servicios relevantes de manera más eficiente que antes.
A través de esta ganancia en eficiencia, los operadores tienen mayores oportunidades de monetización y una salida de la actual estancación de ingresos. Para aprovechar las oportunidades emergentes, las redes móviles deberán adaptarse a todo tipo de dispositivos únicos con diferentes requisitos de comunicación. En un extremo estarán los dispositivos inalámbricos simples, como sensores y actuadores alimentados por batería, que transmitirán muy pocos datos mientras funcionan sin supervisión durante varios años. En el otro extremo estarán los servicios y dispositivos críticos para la misión, como los automóviles autónomos, que requieren conexiones constantes, confiables y súper seguras.
Las redes celulares, con su cobertura ubicua, versatilidad y ricos ecosistemas, están bien posicionadas para aprovechar estas ventajas. Ya se están utilizando una variedad de soluciones de IoT en diferentes industrias. Las compañías de energía y servicios públicos están reemplazando los medidores antiguos por medidores inteligentes que se pueden leer de forma remota y envían datos desde los puntos de conexión, lo que les permite satisfacer las necesidades de sus clientes a nivel individual.
Por ejemplo, una compañía de energía podría proporcionar beneficios al consumidor, como facturación más precisa y oportuna, interrupciones más cortas y mejores posibilidades de reducir su consumo de energía. Al mismo tiempo, una mejor gestión de la red y de la carga conduce a una mejor utilización de la capacidad y a una reducción de los costos de mantenimiento para la compañía de energía.
En resumen, el Internet de las Cosas (IoT) está transformando la forma en que interactuamos con el mundo que nos rodea. Los operadores móviles tienen la oportunidad de liderar esta transformación digital al aprovechar su infraestructura existente y ofrecer servicios inteligentes y conectados a sus clientes. Con el crecimiento exponencial de los dispositivos conectados, el futuro de IoT se presenta prometedor y ofrece un sinfín de posibilidades para mejorar nuestra vida cotidiana.