En el mundo empresarial, existen empresas que se destacan por su rápido crecimiento y su valoración de más de mil millones de dólares. Estas empresas son conocidas como “unicornios”. Son el sueño de todo emprendedor y atraen la atención de inversores y expertos en el sector.
Recientemente, el CEO de Salesforce, Marc Benioff, compartió su opinión sobre el futuro de estas empresas en el mercado público. Benioff es conocido por su apoyo a los emprendedores y su participación en un club de cenas con fundadores de startups emergentes. Según él, muchas de estas empresas están cometiendo un error al esperar demasiado tiempo para salir a bolsa.
Benioff argumenta que las empresas unicornio están recaudando grandes cantidades de dinero en rondas de financiamiento privado, lo que puede llevar a una sobrevaloración de la empresa. Esto puede convertirse en un problema cuando llega el momento de salir a bolsa, ya que la valoración pública puede ser menor que la última valoración privada. Esto puede atrapar a los fundadores y a los inversores, impidiendo que obtengan el retorno esperado de su inversión.
El CEO de Salesforce señala el caso de Fitbit como ejemplo de una empresa que tuvo éxito al salir a bolsa en el momento adecuado. Benioff invirtió en Fitbit y destaca que las empresas que cotizan en bolsa tienen la responsabilidad de responder ante el mercado y prestar atención a las demandas de los inversores.
Por otro lado, Benioff reconoce que el mundo de los unicornios es un fenómeno sin precedentes y no sabe si esta situación se resolverá en el futuro. Sin embargo, insta a los emprendedores a considerar cuidadosamente el momento adecuado para salir a bolsa y no dejarse llevar por las altas valoraciones y las grandes rondas de financiamiento.
En resumen, el éxito de las empresas unicornio plantea un dilema: ¿ir a bolsa o quedarse privadas? Los fundadores y los inversores deben evaluar cuidadosamente los riesgos y beneficios de cada opción. La salida a bolsa puede proporcionar acceso a capital adicional y visibilidad en el mercado, pero también conlleva la responsabilidad de responder ante los inversores. Por otro lado, quedarse privadas puede permitir un mayor control y flexibilidad, pero también puede limitar las oportunidades de liquidez y crecimiento.
En última instancia, la decisión depende de la estrategia y los objetivos de cada empresa. Lo importante es tomar una decisión informada y considerar todas las implicaciones a largo plazo.