El estado del mercado de ciberseguridad en Israel

El año 2017 fue sin duda un año ocupado para los hackers, con incidentes como el hackeo de Equifax, WannaCry, NotPetya y la filtración de la NSA, entre otros. Estos eventos demuestran una vez más la importancia de contar con soluciones innovadoras de ciberseguridad en la lucha contra las amenazas cibernéticas. Israel, en segundo lugar después de Estados Unidos en términos de inversión en ciberseguridad, tuvo otro excelente año para las startups de ciberseguridad, con docenas de empresas que se formaron, rompieron récords de recaudación de fondos y lograron exitosas salidas al mercado.

Los datos de 2017 también sugieren que la industria de ciberseguridad en Israel está madurando, ya que observamos un cambio en la financiación hacia empresas en etapas más avanzadas. En 2017, presenciamos la aparición de 60 nuevas startups de ciberseguridad en Israel, lo que representa una disminución del 28% en comparación con las 83 empresas fundadas en 2016. Por otro lado, la ronda promedio de financiamiento inicial en 2017 aumentó un 16% en comparación con el año anterior, pasando de $2.85 millones a $3.3 millones. Este es el cuarto año consecutivo en el que Israel ve un aumento en el tamaño de las rondas de financiamiento en la etapa inicial, una tendencia a la que estamos contribuyendo al invertir en emprendedores de ciberseguridad.

Algunos podrían pensar que la disminución en el número de startups de ciberseguridad es una señal alarmante de un declive en la industria. Sin embargo, nuestra opinión es que esto es un indicador positivo de una industria en proceso de maduración. La ciberseguridad es un campo abarrotado, en el que miles de empresas operan. Los directores de seguridad de la información (CISO, por sus siglas en inglés) reciben decenas de soluciones cada día, cada una prometiendo detener el próximo gran ataque. Dada esta dinámica, cada vez es más difícil para las empresas de ciberseguridad “yo también” recibir financiamiento, ya que los inversores buscan soluciones más diferenciadas y amplias que aborden las necesidades cada vez más complejas de los clientes. Aquellos que logran recaudar dinero tienden a transmitir una visión más grande, mientras se esfuerzan por construir productos sólidos que requieren más capital. El resultado es que menos startups reciben financiamiento, pero con más capital. Esto es un desarrollo positivo para los emprendedores que desean construir empresas sostenibles, los inversores que respaldan esas ideas y los clientes que necesitan soluciones más sofisticadas.

Fuente del artículo: TechCrunch

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