La industria de la tecnología de la información está en constante cambio, y el mundo del almacenamiento no es una excepción. En solo unas pocas décadas, el almacenamiento empresarial ha evolucionado desde las tarjetas perforadas hasta las cintas magnéticas, los discos, los dispositivos de estado sólido y las unidades flash. Hoy en día, el almacenamiento en la nube está acaparando la atención.
Investigaciones realizadas por IDC muestran que los ingresos provenientes de las ventas de infraestructura de TI en la nube superaron por primera vez a los ingresos de los entornos de TI tradicionales en el tercer trimestre de 2018. Las organizaciones recurren a la nube para garantizar la continuidad del negocio y la escalabilidad, pero en la práctica, la transición a la nube es más compleja.
Debido a restricciones prácticas y financieras, las infraestructuras de TI suelen ser multigeneracionales, con tecnologías desarrolladas hace años, e incluso décadas. Es importante recordar que las generaciones anteriores de tecnología de almacenamiento aún conservan sus casos de uso, especialmente en ciertas industrias y sectores como la educación.
A pesar de la creciente adopción de la nube por parte de las empresas, la mayoría de las organizaciones aún se encuentran entre diferentes soluciones de respaldo de almacenamiento mientras deciden qué datos desean mover a la nube. Como resultado, las organizaciones están adoptando un enfoque de nube híbrida en el que utilizan algunos servicios locales junto con servicios en la nube como parte de la solución general. Y esta tendencia parece continuar, ya que Gartner predice que el 90% de las organizaciones adoptarán la nube híbrida y múltiple como parte de sus capacidades de gestión de infraestructura para el año 2020.
La transición a la nube
Agilidad, flexibilidad, escalabilidad y, finalmente, transformación digital (o digitalización). Esto es por lo que las organizaciones se están moviendo hacia la nube en masa. Sin embargo, no se puede simplemente olvidar el almacenamiento heredado.
Está claro que existen una gran cantidad de plataformas que los profesionales de TI deben considerar al elaborar un plan de continuidad del negocio. Por lo tanto, los proveedores deben tener en cuenta las plataformas y formatos más antiguos, ya que muchas empresas aún están tratando de descubrir qué hacer mientras hacen la transición a la nube. Un buen ejemplo de esto es la cinta magnética.
Durante muchos años, nos han dicho que “la cinta está muerta”, pero la realidad está lejos de ser así. Las pruebas sólidas sugieren que la cinta ciertamente no está muerta, pero ha cambiado su caso de uso. La cinta ya no tiene mucha utilidad como método principal de almacenamiento, ya que la mayoría de las organizaciones han adoptado tecnologías más nuevas y rápidas en los últimos años. Sin embargo, ha conservado su caso de uso para ciertas industrias (como la atención médica) donde el archivado, la retención a largo plazo y el cumplimiento normativo son prioridades clave. La cinta sigue siendo una de las formas de almacenamiento más económicas disponibles y proporciona una “brecha de aire” en el lugar para fines de seguridad, especialmente cuando se trata de datos críticos.
En resumen, aunque la nube es el futuro del almacenamiento, no podemos ignorar por completo las tecnologías de almacenamiento heredadas. Cada generación de tecnología de almacenamiento tiene su caso de uso y su valor en determinadas industrias y sectores. Por lo tanto, es importante encontrar un equilibrio entre el futuro en la nube y el pasado de almacenamiento para garantizar la continuidad del negocio y la seguridad de los datos.