Recientemente, en la reunión anual del Foro Económico Mundial, la inteligencia artificial (IA) se convirtió en el tema estrella. Mientras líderes mundiales como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el presidente de China, Xi Jinping, el primer ministro de India, Narendra Modi, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y la primera ministra de Gran Bretaña, Theresa May, no asistieron al evento, cientos de ejecutivos de negocios globales se reunieron para discutir el impacto de la IA en sus industrias, sociedades y relaciones internacionales.
En una serie de sesiones, estos ejecutivos compartieron lo que estaban haciendo (o no) al respecto y aprendieron cómo la IA transformaría sus industrias de una manera sin precedentes. Incluso las noticias de última hora sobre Venezuela, un país latinoamericano clave con las mayores reservas de petróleo del mundo, no pudieron competir con la importancia que la IA estaba adquiriendo en la mente de los asistentes a Davos.
Lo más preocupante para los líderes empresariales estadounidenses en Davos fue darse cuenta de que estaban quedando rezagados en comparación con sus homólogos chinos. Aunque muchos ejecutivos occidentales consideran que la carrera tecnológica está en sus primeras etapas, escucharon cómo el presidente Xi Jinping ya ha declarado una especie de carrera espacial o Proyecto Manhattan en torno a la IA, que ya está dando resultados medibles.
Un informe de PwC, presentado durante el evento, reveló que el 84% de los ejecutivos chinos creen que la IA tendrá un impacto a largo plazo mayor que Internet, mientras que solo el 38% de los ejecutivos estadounidenses están de acuerdo. Además, el informe mostró que el 25% de los ejecutivos chinos ya han implementado la IA en sus empresas, en comparación con solo el 5% de los ejecutivos estadounidenses.
Esta diferencia significativa entre las dos superpotencias tecnológicas ha llevado a reflexionar sobre la forma en que Estados Unidos está abordando la IA. Tim Ryan, presidente de PwC en Estados Unidos, afirmó que aunque muchas empresas estadounidenses ya están realizando proyectos piloto con IA, sus contrapartes chinas están escalando rápidamente sus iniciativas.
En mi presentación en Davos, “La geopolítica de la Cuarta Revolución Industrial”, afirmé claramente que China está en camino de dominar la IA y que las consecuencias podrían ser históricas. Es evidente que Estados Unidos debe replantearse su enfoque para no quedarse atrás en esta carrera tecnológica.
En conclusión, la IA está revolucionando el mundo empresarial y las relaciones internacionales. China está liderando el camino en esta tecnología, mientras que Estados Unidos se enfrenta al desafío de ponerse al día. Es fundamental que las empresas y los líderes estadounidenses comprendan la importancia de la IA y tomen medidas para asegurar su competitividad en el futuro.