Los microservicios se han convertido en un modelo popular en el desarrollo de aplicaciones empresariales. Estos módulos ligeros y especializados permiten a los desarrolladores trabajar de forma paralela utilizando diferentes lenguajes de programación, frameworks y formatos de datos. Además, facilitan la implementación y escalabilidad de las aplicaciones. Sin embargo, los primeros adoptantes han encontrado un gran desafío: la gestión de datos.
En las aplicaciones empresariales tradicionales, la información se comparte a través de una base de datos compartida. Sin embargo, en el mundo de los microservicios, esto no es recomendable. En su lugar, se utiliza la comunicación a través de APIs, eventos y mensajes. Un microservicio ideal debe aislar por completo sus datos del mundo exterior y solo exponerlos a través de una API. El objetivo es evitar el “acoplamiento de datos”, es decir, la necesidad de coordinar y comunicar los cambios en la representación de los datos entre los desarrolladores de diferentes microservicios.
Si bien es cierto que el acoplamiento de datos puede ralentizar la introducción de nuevas funcionalidades en una aplicación empresarial, también es cierto que prohibir el intercambio de datos entre microservicios puede generar más costos y complejidad. Es posible, e incluso deseable, satisfacer las necesidades de los desarrolladores para trabajar de forma independiente, al mismo tiempo que se cumplen las necesidades del equipo de la aplicación en su conjunto.
Para comprender mejor este desafío, podemos pensar en un ejemplo de una aplicación de comercio electrónico que requiere actualizaciones frecuentes. En un diseño de microservicios puro, cada microservicio sería responsable de un tema específico, como la información del cliente, y los demás microservicios solo podrían acceder y actualizar estos datos a través de una API proporcionada por el microservicio correspondiente.
En conclusión, los microservicios ofrecen muchas ventajas en el desarrollo de aplicaciones empresariales, pero también plantean desafíos en la gestión de datos. Es importante encontrar un equilibrio entre permitir cierto grado de intercambio de datos controlado y garantizar la independencia de los desarrolladores. Al abordar adecuadamente este desafío, las empresas podrán aprovechar al máximo los beneficios de los microservicios sin comprometer la integridad y la eficiencia de sus datos.