El debate sobre el cifrado de los smartphones

El debate sobre el cifrado en los smartphones está volviendo a calentarse una vez más. Según un nuevo informe, el FBI podría haber desbloqueado el iPhone utilizado por uno de los tiradores de San Bernardino sin la ayuda de Apple, posiblemente más rápido de lo que lo hizo. Pero eso habría socavado los esfuerzos legales de la agencia para obligar a Apple y establecer un precedente que requiera asistencia futura. La historia vuelve a ser relevante ahora que la administración Trump está tratando de revivir propuestas para obligar a los fabricantes de smartphones a agregar una “puerta trasera” para que las agencias de aplicación de la ley puedan acceder a la información cifrada de los usuarios. La mayoría de los expertos externos advierten que este enfoque debilitaría la protección de los datos sensibles para todos los usuarios de teléfonos. Los nuevos planes siguen a un discurso en enero del director del FBI, Christopher Wray, quien dijo que la agencia necesitaba algún tipo de puerta trasera porque se quedó fuera de casi 8,000 teléfonos el año pasado, lo que crea “un importante problema de seguridad pública”. El senador Ron Wyden, quien desde hace mucho tiempo se opone a debilitar el cifrado, criticó la opinión de Wray como “desinformada” y “refutada”. Pero justo cuando ambos lados están volviendo a los argumentos conocidos, el martes se reveló información detallada que arroja nueva luz sobre la enorme batalla legal entre el FBI y Apple en 2016 sobre las dificultades para descifrar un iPhone utilizado por uno de los tiradores de San Bernardino. Y la nueva información no es favorable para el FBI.

Después del tiroteo del 2 de diciembre de 2015 por Syed Rizwan Farook y Tashfeen Malik en San Bernardino, California, en el que murieron 14 personas, las autoridades policiales encontraron un iPhone 5C perteneciente a Farook. El teléfono estaba bloqueado con un código de acceso. En febrero de 2016, el FBI acudió a los tribunales para obligar a Apple a reescribir el software que se ejecuta en los iPhones para permitir a la agencia descifrar el código de acceso. Sin la ayuda de Apple, el FBI dijo que no tenía forma de superar el cifrado del teléfono. El entonces director del FBI, James Comey, repitió esa historia dos veces en testimonios ante el Congreso. Pero a medida que los esfuerzos legales se prolongaban, el FBI finalmente logró desbloquear el teléfono sin la ayuda de Apple, confiando en una técnica desarrollada por expertos externos (aunque no, como se rumoreaba una vez, la empresa de seguridad israelí Cellebrite).

Este caso histórico vuelve a ser relevante en medio del debate actual sobre el cifrado en los smartphones. Mientras el gobierno de los Estados Unidos busca implementar una “puerta trasera” en los dispositivos para permitir el acceso a la información cifrada, los expertos advierten sobre los riesgos que esto conlleva para la seguridad de los datos de los usuarios. Es importante considerar los argumentos de ambas partes y evaluar cuidadosamente las implicaciones de cualquier medida que se tome en relación al cifrado en los smartphones.

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