Uno de mis personajes favoritos de la literatura es Rip Van Winkle, el hombre que se quedó dormido y no despertó durante 20 años. El mundo de los negocios ha cambiado tanto en las últimas décadas que me imagino que si Rip Van Winkle despertara esta mañana, el pobre hombre querría volver a la cama de inmediato. Quizás la mayor sorpresa que se llevaría se resume en tres letras, IBM, la compañía de la que estamos hablando hoy.
En algún momento, IBM dominaba la escena tecnológica. Estaba muy por delante de todos; incluso construía máquinas para enfrentarse y vencer a los grandes maestros de ajedrez del mundo. Estaba a la vanguardia de la mayoría de las grandes innovaciones, incluyendo el ordenador personal. Pero, esta mañana, Rip Van Winkle descubriría que esos son glorias pasadas. Si corriera a revisar las páginas de negocios, se enteraría de que el valor de mercado actual de IBM es de $109 mil millones (€95 mil millones), mientras que el de Microsoft, que IBM ayudó a establecer, es de $802 mil millones. Hace treinta años, pocas empresas grandes o gobiernos no eran clientes de IBM. Estaba disfrutando del cálido resplandor de haber inventado los dispositivos que cambiaron la vida de tantos, incluyendo el cajero automático y el escáner de punto de venta, ese cambio de juego para el sector minorista. Curiosamente, el primer producto escaneado fue el chicle Wrigley’s.
Pero si nuestro amigo adormilado, el Sr. Van Winkle, intentara descubrir por qué IBM es famosa en 2019, descubriría que es por la adquisición del grupo de software Red Hat por $34 mil millones, el acuerdo más grande en sus 107 años de historia. También es la adquisición de software más grande de la historia y se describe como “transformadora” porque se trata de romper la tendencia de sus ingresos en declive. Y el viejo Van Winkle tendría problemas para entender eso porque se durmió durante los años en los que IBM parecía perder su infalibilidad.
Desde su apogeo, IBM ha hecho una cosa bien. Ha sido hábil en reorganizar su cartera tecnológica para mantenerse al día con la tecnología en constante cambio. Hace más de 25 años, ingresó al negocio del software comprando Lotus Computing, y siete años después adquirió la división de consultoría de PWC. A principios del siglo, salió por completo del negocio de hardware informático al vender su negocio de PC y servidores a la empresa china Lenovo.
El cambio de IBM hacia el mercado de la nube es un movimiento estratégico para adaptarse a las necesidades cambiantes de la industria tecnológica. La adquisición de Red Hat le permite a IBM fortalecer su posición en el mercado de la nube y competir con gigantes como Amazon y Google. La nube se ha convertido en una parte fundamental de la infraestructura tecnológica de muchas empresas, y IBM está buscando aprovechar esta tendencia para impulsar su crecimiento y recuperar su posición de liderazgo en el mercado.
En conclusión, el cambio de IBM en el mercado de la nube es un paso importante para la compañía en su búsqueda de mantenerse relevante en la industria tecnológica en constante evolución. Aunque ha perdido parte de su dominio anterior, IBM demuestra su capacidad de adaptación y su determinación para seguir siendo un jugador importante en el mundo de los negocios. El futuro de IBM en la nube es prometedor y será interesante ver cómo se desarrolla esta nueva etapa en la historia de la compañía.
