En la actualidad, la inteligencia artificial se ha convertido en un tema de discusión frecuente. Cada vez más, nos encontramos rodeados de robots en todas las industrias, reemplazando a los humanos y a las computadoras personales. Estos robots, conocidos como bots, son capaces de conectarse a la red de las instalaciones y trabajar mientras caminan, corren o se sientan. Trabajan de manera continua durante 9 horas sin necesidad de tomar descansos para tomar café. Solo se toman un descanso si la utilización de la CPU supera el 70% o si la batería está por debajo del 20%.
En este nuevo mundo, las industrias están creciendo sin cometer errores en la producción de sus productos. Cada producto es perfecto y ya no existen las versiones alfa y beta. Las empresas están generando grandes ingresos sin gastar mucho en costos. Ya no hay reuniones ni llamadas programadas, los bots se comunican entre sí a través de direcciones IP de red. Además, ya no se necesita invertir en máquinas de té y café, enfriadores de agua, baños, computadoras o cafeterías.
Entonces, ¿qué están haciendo los seres humanos en este nuevo escenario? Los humanos han establecido protocolos para el uso de las máquinas bots. Los bots no pueden ser senadores ni miembros del parlamento, tampoco pueden votar. Las industrias pueden producir bots para venderlos a terceros, pero no pueden utilizar sus propios bots en su propio trabajo. Las empresas deben contratar bots que sean propiedad de humanos y el salario se acredita en la cuenta de los humanos por cada bot.
Es importante tratar a los bots como máquinas y evitar cualquier tipo de apego emocional hacia ellos. Sin embargo, existe el riesgo de que se produzca una destrucción si no se establecen límites claros. Los seres humanos poseemos una glándula adrenal que libera adrenalina, lo cual aumenta el flujo sanguíneo y nos permite experimentar emociones y reaccionar ante ellas. Si no se establecen límites, podríamos enfrentarnos a organizaciones no gubernamentales que luchan por los derechos de los bots. Podríamos presenciar manifestaciones en las calles y consignas en todas partes exigiendo igualdad de derechos para los bots.
Por lo tanto, es fundamental que este avance tecnológico se discuta y se establezcan límites claros. La inteligencia artificial y la automatización son herramientas poderosas que pueden traer avances significativos a nuestra sociedad, pero debemos asegurarnos de que se utilicen de manera responsable. Si no establecemos límites, corremos el riesgo de que los bots tomen el control del mundo en poco tiempo.