En los últimos años, las criptomonedas han experimentado un crecimiento exponencial en los mercados financieros. Sin embargo, un reciente informe de la Cyber Threat Alliance revela un preocupante aumento en los casos de minería ilícita de criptomonedas, lo que plantea interrogantes sobre la seguridad de este sector en constante expansión.
Según el informe, los casos de minería ilícita de criptomonedas han aumentado un 459% en 2018 en comparación con el año anterior. Este incremento está relacionado con la filtración en 2017 de Eternal Blue, una herramienta de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA) que explota vulnerabilidades en el software obsoleto de Microsoft Systems. Al hacerse pública esta herramienta, los hackers descubrieron una falla previamente desconocida en el software, la cual ahora utilizan para apoderarse del poder de cómputo de otros y generar monedas digitales.
De acuerdo con el informe, hasta julio de este año, el 85% de la minería ilícita de criptomonedas se ha dirigido a Monero, mientras que Bitcoin representa aproximadamente el 8% y otras criptomonedas el 7%. Los hackers pueden “sentarse y ver cómo el dinero llega a sus manos”, según Neil Jenkins, director analítico de la Cyber Threat Alliance. Aunque los ataques ocurren en todo el mundo, una parte significativa se concentra en Estados Unidos.
La generación de Bitcoin y otras criptomonedas implica resolver ecuaciones matemáticas complejas, lo cual requiere una gran potencia de cómputo. La mayoría de los usuarios e inversores no tienen los medios para crear o “minar” criptomonedas, por lo que simplemente las compran en un intercambio en línea. Sin embargo, cuando los hackers generan monedas de forma ilícita utilizando los equipos de otros, están creando dinero gratuito para sí mismos y podrían erosionar el valor general de la moneda al aumentar su oferta.
Eternal Blue fue supuestamente robado de la NSA y filtrado el año pasado por un grupo de hackers autodenominado Shadow Brokers. Este grupo ha liberado en repetidas ocasiones herramientas obtenidas en ese ataque. El código ganó notoriedad cuando Rusia y Corea del Norte lo utilizaron en ataques masivos. En el primer caso, conocido como WannaCry, los hackers norcoreanos bloquearon computadoras en docenas de países, incluyendo el Reino Unido, donde los hospitales se vieron afectados. En el segundo caso, conocido como NotPetya, Rusia utilizó Eternal Blue para hackear computadoras de empresas, incluyendo A.P. Moller-Maersk A/S de Dinamarca, lo que resultó en miles de millones de dólares en daños, según la Casa Blanca.
Microsoft ha lanzado actualizaciones de seguridad para proteger a sus usuarios de las vulnerabilidades explotadas por Eternal Blue. Sin embargo, este incidente plantea serias dudas sobre la seguridad de las criptomonedas y la necesidad de que los inversores tomen precauciones adicionales al operar en este mercado.
En conclusión, el auge del hackeo de criptomonedas es una señal de alarma para los inversores. Si bien las criptomonedas ofrecen oportunidades de inversión emocionantes, es fundamental estar consciente de los riesgos asociados. Mantenerse informado sobre las últimas amenazas y adoptar medidas de seguridad adicionales puede ayudar a proteger sus activos digitales en este entorno en constante evolución.