Recientemente, se ha vendido una obra de arte “creada” por una inteligencia artificial (IA) por la asombrosa suma de $430,000. Este hecho ha generado un gran debate sobre el papel de las máquinas en el mundo del arte. ¿Puede una IA realmente ser creativa?
El caso en cuestión es una pintura en blanco y negro, con un estilo similar a la pantalla de “game over” de un videojuego arcade. La obra fue creada por un trío francés conocido como Obvious, quienes afirmaron que su IA había logrado crear arte. La pintura, que se asemeja a un retrato borroso e inacabado, fue subastada por Christie’s y superó todas las expectativas al alcanzar un precio de $430,000.
La pregunta que surge es: ¿es esto realmente arte? ¿Puede una máquina ser considerada una artista? La respuesta no es tan simple como parece. Si bien la tecnología de IA ha estado presente en el arte durante más de 50 años, esta nueva ola de arte generado por IA utiliza algoritmos que pueden aprender estéticas por sí mismos. En lugar de escribir código que especifique las reglas estéticas, estos algoritmos pueden generar nuevas imágenes basadas en las líneas estéticas aprendidas.
Es importante destacar que la IA no produce la obra de arte por sí sola, ni es creativa en el sentido humano. En el caso de la pintura subastada por Christie’s, el trío Obvious intervino en varias etapas del proceso. Programaron la IA, seleccionaron los 15,000 retratos en los que se entrenó y firmaron la pintura con el algoritmo utilizado. Además, se descubrió que la IA en realidad fue creada por otro artista, Robbie Barrat, quien la programó y la entrenó utilizando obras de Wikiart.
Entonces, ¿qué significa todo esto para el mundo del arte? Aunque la IA no puede ser considerada una artista en el sentido tradicional, sí es una herramienta que puede generar resultados interesantes e inesperados. Muchos artistas están utilizando técnicas similares a las de Obvious para explorar nuevas formas de expresión artística.
Es importante tener en cuenta que la IA no reemplazará a los artistas humanos, sino que puede ser una herramienta complementaria que amplíe las posibilidades creativas. Al igual que cualquier otra herramienta, su uso depende del artista y de cómo la utilice para expresar su visión artística.
En resumen, el arte creado por la inteligencia artificial plantea preguntas fascinantes sobre la naturaleza de la creatividad y el papel de las máquinas en el mundo del arte. Si bien la IA no puede ser considerada una artista en el sentido tradicional, su uso como herramienta abre nuevas posibilidades y desafía nuestras concepciones sobre el arte. El futuro del arte está en constante evolución y la inteligencia artificial es solo una de las muchas facetas de esta transformación.