Descubriendo los beneficios de la microdosificación de LSD

¿Alguna vez has luchado con tu estado de ánimo? Si es así, no estás solo. Muchas personas enfrentan dificultades para encontrar soluciones a su irritabilidad, enojo, frustración y depresión. Ayelet Waldman, una exitosa autora, también se encontraba en esta situación. Después de años de buscar respuestas sin éxito, decidió probar una fuente inesperada: la droga psicodélica LSD.

Waldman se embarcó en un experimento para comprender si tomar dosis cuidadosas y pequeñas de LSD durante 30 días podría ayudarla a tener una actitud más tranquila y aceptante hacia la vida. Además de su propia experiencia, también comenzó a explorar la sustancia malentendida, su historia y sus posibles beneficios.

Basándose en su experiencia en el ámbito legal, donde presenció de primera mano el impacto de la guerra contra las drogas en Estados Unidos, Waldman reflexiona sobre las contradicciones y absurdos de una nación adicta a los medicamentos recetados pero dispuesta a encarcelar a millones de personas por poseer una sustancia con un historial de seguridad destacable.

En última instancia, Waldman buscaba el secreto para tener un día realmente bueno. ¿Lo encontró? En este artículo, descubrirás cómo funciona la microdosificación de LSD, por qué personas como Steve Jobs y ganadores del Premio Nobel atribuyen su éxito al consumo de LSD, y cómo los psicodélicos como el LSD pueden reducir la ansiedad y generar sentimientos de felicidad con menos efectos secundarios que muchos medicamentos recetados.

La autora siempre ha luchado con su estado de ánimo, irritabilidad y vergüenza, pero nunca había encontrado un tratamiento efectivo. Durante décadas, Waldman ha estado a merced de sus cambios de humor. En un buen día, puede ser una compañía brillante: alegre, amigable, cariñosa y productiva. Pero en un mal día, Waldman se ve consumida por el odio hacia sí misma, la culpa y la vergüenza. Comienza discusiones con su esposo, se siente abrumada por el pesimismo y tiene poca autoestima, a pesar de ser una autora exitosa y publicada. Sus cambios de humor erráticos siempre han dificultado su vida y la de sus amigos y familiares.

En busca de ayuda, acudió a terapia, pasando muchas horas en los sofás de cuero de profesionales, desde freudianos hasta expertos en terapia cognitivo-conductual, trabajadores sociales y terapeutas familiares. Probó la atención plena, pasando largos períodos meditando y aún más tiempo diciéndole a su terapeuta cuánto odiaba meditar.

Un día, mientras conducía a casa y cruzaba un puente, se encontró considerando dirigirse hacia la derecha y lanzarse al agua. Sorprendida por este pensamiento suicida, buscó ayuda médica y fue diagnosticada con una forma de depresión: trastorno bipolar II. Comenzó a tomar medicamentos. Durante años, Waldman probó numerosos medicamentos: Celexa, Prozac, Zoloft, Cymbalta, Effexor, Lamictal, Adderall, Ritalin y muchos más. Algunos le ayudaron un poco, durante días o incluso meses, pero tuvieron efectos secundarios desafortunados, como aumento de peso, irritabilidad y disminución del interés sexual.

Finalmente, descubrió que su diagnóstico ni siquiera era correcto. Se dio cuenta de que sus cambios de humor fluctuaban en correlación directa con su ciclo menstrual y que tenía un tipo de síndrome premenstrual llamado trastorno disfórico premenstrual, que causaba cambios de humor en ciertos momentos de su ciclo. Este descubrimiento le permitió conocer el ciclo y el momento de sus cambios de humor y tomar medicamentos solo cuando era necesario.

Sin embargo, cuando Waldman entró en la perimenopausia, su período se volvió irregular y también su estado de ánimo. Las cosas empeoraron y se sintió agotada por la furia, la irritación y la desesperación. Fue en este punto que descubrió el trabajo de James Fadiman, un psicólogo e investigador psicodélico retirado. Fadiman estaba popularizando la microdosificación de LSD: personas que tomaban pequeñas dosis de LSD para tratar problemas de estado de ánimo informaban haber tenido un día realmente bueno. Y un día realmente bueno era todo lo que la autora siempre había deseado.

La microdosificación es un enfoque emergente para mejorar el estado de ánimo, basado en tomar cantidades muy pequeñas de LSD cada tres días. Este concepto es tan nuevo que Waldman tuvo que enseñarle a su corrector ortográfico a reconocerlo. El principio de la microdosificación es simple: el paciente toma una dosis pequeña de…

En resumen, el libro “A Really Good Day” de Ayelet Waldman nos invita a reflexionar sobre las alternativas de tratamiento para los trastornos del estado de ánimo y nos muestra cómo la microdosificación de LSD puede ser una opción prometedora. Aunque esta práctica aún se encuentra en sus primeras etapas de investigación, los testimonios de aquellos que la han probado son alentadores. Sin embargo, es importante recordar que cualquier decisión relacionada con la salud debe ser tomada en consulta con profesionales médicos calificados.

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