El Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés) está revolucionando la forma en que interactuamos con la tecnología. Según Gartner, se espera que haya más de 20 mil millones de dispositivos IoT en el mundo para el año 2020, y aproximadamente el 40% de ellos se desplegarán en empresas y organizaciones.
Estos dispositivos IoT se utilizarán para monitorear la calidad del aire en fábricas, mejorar la eficiencia energética en oficinas, rastrear activos en la cadena de suministro, detectar fallas en equipos y mucho más. Sin embargo, este crecimiento exponencial de dispositivos también presenta nuevos desafíos en términos de gestión, seguridad y cumplimiento de datos.
Uno de los principales desafíos que enfrentan los profesionales de redes es la complejidad de la gestión de IoT. Cuando las organizaciones adoptan IoT, el número de dispositivos que los ingenieros de redes deben administrar puede aumentar en varios órdenes de magnitud, al igual que la cantidad de datos que pasan a través de la red. Esto implica miles de conexiones de red abiertas y propensas a pérdidas, lo que puede generar problemas de conectividad y seguridad.
Otro desafío importante es la falta de estándares y la interoperabilidad de IoT. Actualmente, existen miles de protocolos de conectividad en uso, la mayoría de ellos propietarios. Además, los dispositivos IoT utilizan una variedad de protocolos inalámbricos que no se encuentran comúnmente en los centros de datos. Esta combinación de tecnología propietaria y protocolos de comunicación aún en desarrollo puede generar errores y problemas de compatibilidad.
Por ejemplo, un desarrollador de software que trabaja en un proyecto de IoT puede enviar un tipo de mensaje y esperar una respuesta específica, pero puede haber otras 50 respuestas diferentes que no se tuvieron en cuenta, lo que puede causar que el dispositivo falle y se reinicie. Esto puede llevar a errores en la red que los profesionales de redes no han visto antes y que pueden confundirse con un ataque.
En resumen, la gestión de IoT presenta desafíos significativos para los profesionales de redes. Es importante estar preparados para la complejidad, la falta de estándares y los problemas de interoperabilidad que pueden surgir al implementar IoT en una organización. La adopción de mejores prácticas de gestión, la capacitación del personal y la implementación de soluciones de seguridad sólidas son fundamentales para garantizar el éxito de los proyectos de IoT.
El futuro impacto de IoT en los centros de datos será asombroso, y es responsabilidad de los profesionales de redes estar preparados para enfrentar estos desafíos y aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece esta tecnología.