Cómo recuperarse de una implementación fallida de ERP

Las soluciones de Planificación de Recursos Empresariales (ERP, por sus siglas en inglés) han sido implementadas por muchas empresas en los últimos 20 años. Sin embargo, la vida útil de muchas de estas soluciones está llegando rápidamente a su fin. Las nuevas soluciones de ERP ofrecen una funcionalidad mucho mayor que las versiones anteriores, lo que permite aprovechar herramientas valiosas como la inteligencia empresarial, el análisis de datos, el acceso a dispositivos móviles, el alojamiento en la nube, el Internet de las cosas (IoT), la comunicación máquina a máquina (M2M) y otros avances tecnológicos.

La oportunidad de mejorar la eficiencia operativa, reducir el desperdicio y tener acceso en tiempo real a datos accionables es un atractivo tentador para los directores de tecnología y otros ejecutivos de alto nivel. Sin mencionar la promesa de un rápido retorno de la inversión en tecnología. Sin embargo, la transición de una solución de ERP heredada a una opción más nueva no siempre resulta en un salto en la productividad, un aumento en la calidad o la reducción del desperdicio.

Algunas empresas comienzan la selección e implementación de nuevas soluciones de ERP sin prestar atención a la debida diligencia que se requiere para un proyecto exitoso. De hecho, algunos analistas de la industria estiman que el 20 por ciento de las implementaciones de ERP podrían considerarse fallidas, ya que no logran los beneficios previstos para el proyecto. Las razones de una implementación fallida son variadas y las consecuencias pueden ser graves.

La perspectiva de un proyecto de ERP fallido es una situación problemática y potencialmente catastrófica para los responsables de la toma de decisiones tecnológicas empresariales. El miedo al fracaso puede llevar a seguir confiando en tecnología ineficiente y obsoleta, perdiendo así las eficiencias que una nueva solución puede proporcionar.

Nuestra experiencia en cientos de interacciones con clientes en los últimos 20 años nos ha ayudado a identificar los síntomas de una implementación fallida de ERP y cómo recuperarse de los errores que llevaron a un posible desastre.

Tres síntomas de una implementación de ERP equivocada

Falta de una visión del estado futuro: Si una empresa no ha definido cuál es el resultado exitoso final de una nueva solución, existe la tendencia de que el personal nunca cambie los procesos de flujo de trabajo necesarios y vuelva a la forma en que siempre han abordado las tareas laborales. Mantenerse en las “viejas formas” elimina la oportunidad de aprovechar los beneficios y eficiencias de cualquier nueva solución. El retorno de la inversión en un nuevo sistema se retrasará aún más a menos que se realice un análisis exhaustivo de los procesos existentes y se comprometa a un proceso de transformación empresarial que forme parte del proyecto de implementación. El cambio organizacional incluye aprovechar las comunicaciones internas, la capacitación de los usuarios y comunicar claramente la justificación del cambio a todo el personal, los ejecutivos y otras partes interesadas.

Recuperarse de una implementación fallida de ERP puede ser un desafío, pero no es imposible. Al reconocer los síntomas de una implementación equivocada y tomar medidas para corregir los errores, las empresas pueden recuperarse y aprovechar al máximo las ventajas que una solución de ERP bien implementada puede ofrecer.

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