Cómo combatir la fatiga por videoconferencias

La pandemia del COVID-19 ha llevado a un aumento significativo en el uso de las videoconferencias como herramienta de comunicación. Empresas como Zoom y Microsoft han experimentado un crecimiento exponencial en la demanda de sus plataformas de video en línea. Sin embargo, este aumento en el uso de las videoconferencias ha dado lugar a un nuevo fenómeno: la fatiga por videoconferencias.

La fatiga por videoconferencias se refiere al agotamiento y estrés causado por el uso excesivo de estas herramientas de comunicación. Un estudio realizado por la firma de contratación Robert Half encontró que el 44% de los trabajadores de oficina encuestados habían experimentado fatiga por videoconferencias desde el inicio de la pandemia. Incluso el CEO de Zoom, Eric Yuan, admitió sentirse cansado después de una serie de reuniones virtuales.

Ante esta problemática, los proveedores de videoconferencias han tomado medidas para mitigar la fatiga y mejorar la experiencia de los usuarios. Microsoft, Zoom y otros proveedores han introducido nuevas funciones para fomentar descansos, hacer las videoconferencias más atractivas y reducir la presión de asistir a todas las reuniones.

Una de las estrategias utilizadas es evitar la sobreprogramación de reuniones y la sensación de desconexión que puede generar la tecnología. Esto implica establecer límites en la cantidad de reuniones diarias y fomentar la comunicación cara a cara cuando sea posible. Además, se han implementado funciones para hacer las videoconferencias más interactivas y atractivas, como la posibilidad de compartir pantalla, utilizar pizarras virtuales y realizar encuestas en tiempo real.

El Centro de Ciencia del Bienestar de la Universidad de California, Berkeley, ha destacado la importancia de abordar este problema. Según Emiliana Simon-Thomas, directora científica del centro, las videoconferencias pueden ser más agotadoras que las interacciones cara a cara a largo plazo. Por lo tanto, es fundamental encontrar un equilibrio entre el uso de las videoconferencias y otras formas de comunicación.

En conclusión, si bien las videoconferencias han sido una solución necesaria durante la pandemia, es importante tomar medidas para evitar la fatiga y el agotamiento que pueden generar. Limitar la cantidad de reuniones, fomentar la comunicación cara a cara cuando sea posible y utilizar funciones interactivas pueden ayudar a mejorar la experiencia de las videoconferencias y aumentar la productividad de los empleados.

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