Como dice el refrán, “si fallas en planificar, estás planeando fallar”, y esto no podría ser más relevante que al seleccionar una nueva solución de ERP, ya sea que estés cambiando o comprando por primera vez. Es importante tener en cuenta que esta planificación no solo se relaciona con el proceso de implementación, sino que también debe abarcar todos los aspectos del proyecto de ERP, desde la selección e implementación hasta la estrategia de salida.
La mayoría de las empresas que buscan cambiar de solución están utilizando software heredado (fin de vida útil), buscan características que su software actual no tiene o desean pasar a una solución que utilice tecnología más moderna, como la nube. Antes de embarcarte en este viaje, es importante comprender completamente tu punto de partida y la razón por la cual elegiste tu solución actual en primer lugar. Comprender las decisiones pasadas te permitirá evaluar las opciones de manera más efectiva. Por ejemplo, las empresas que utilizan software personalizado desarrollado para satisfacer un requisito comercial muy específico deben tener en cuenta esta funcionalidad al considerar características o el costo de personalizar soluciones existentes.
El primer paso en el camino para elegir una nueva solución de ERP debería ser hacer una lista de las características no negociables o las características que el software existente tiene y de las cuales la empresa depende. El siguiente paso en el proceso de planificación es identificar las características, procesos y automatizaciones que te gustaría tener en tu nueva solución de ERP. Es una buena idea en este punto categorizarlos en diferentes fases, o incluso años, ya que cambiar de solución de ERP no es algo que se haga todos los años, por lo que debes tener una visión a largo plazo al planificar.
La funcionalidad compleja puede llevar más tiempo, no solo para desarrollarla, sino también para asegurarse de que funcione de la manera correcta para tu empresa. En consecuencia, se recomienda agregar una complejidad mínima en el momento de la implementación y, en cambio, agregar los procesos más complejos una vez que el sistema esté en funcionamiento. Un ejemplo de esto sería las alertas y notificaciones, ya que, en la mayoría de los casos, las empresas que las incluyen en el momento de la implementación suelen decidir desactivarlas o moderarlas después de la implementación. Optar por hacer de estas características una implementación de “fase 2” garantizaría que respalden los procesos no negociables y, al mismo tiempo, reduciría el costo total del proyecto.
En resumen, una implementación exitosa de ERP requiere una planificación cuidadosa, comprensión de las necesidades de tu empresa y una visión a largo plazo. Al seguir estos pasos clave, podrás seleccionar la solución de ERP adecuada y maximizar el éxito de tu implementación.