El filósofo romano Séneca dijo: “La suerte es lo que sucede cuando la preparación se encuentra con la oportunidad”. Es otra manera de decir que creamos nuestra propia suerte. Lo que me sorprende es cuántas personas se preparan una y otra vez… y esperan y esperan… por la “oportunidad correcta”. No reconocerían una buena oportunidad ni aunque les golpeara en la cara. Y luego están aquellas personas que ven oportunidades en todas partes, en situaciones cotidianas y en cada encuentro fortuito. También están en falta. Las verdaderas buenas oportunidades no están al alcance de la mano, listas para ser aprovechadas. Entonces, ¿qué es una buena oportunidad? ¿Cómo la reconoces y cómo puedes evaluar su autenticidad y potencial positivo frente a lo que podría ser simplemente un capricho fantasioso? Una buena oportunidad comparte al menos tres de estos atributos:

  1. Es Limitada para Ti o para unos pocos selectos, y por Tiempo Limitado: Una buena oportunidad no está disponible para todos, en todas partes, en todo momento. Casi todo el mundo tiene la oportunidad de ir a la universidad, iniciar un negocio, presentar un proyecto a un inversionista, o esperar en la fila para conocer a una persona influyente. Esas son oportunidades de igualdad de oportunidades. Y aunque todas esas cosas podrían conducir a algunas grandes oportunidades en el futuro, no son en sí mismas limitadas o especiales. Reconoce una ventana de oportunidad que solo está disponible para ti, o para unos pocos selectos, por un tiempo limitado.
  2. Te Brinda Más Control e Independencia: Una buena oportunidad te pone a cargo. Te da más libertad para convertirte en alguien mejor, para perseguir múltiples opciones. Muchas personas se lanzan a la oportunidad de aceptar un nuevo trabajo o una promoción, solo para descubrir que es un callejón sin salida. Si la oportunidad te otorga más responsabilidad, ¿también te concede la autoridad y la “libertad” para tener éxito? La oportunidad máxima es trabajar para ti mismo… responder ante ti mismo, pasar tu tiempo como desees y nunca tener limitaciones en cuánto puedes ganar.
  3. Te Rodea de Personas Notables: Una buena oportunidad te coloca en el centro de personas notables. Su éxito depende en parte de lo que haces o no haces. Crea una interdependencia que te obliga a estar en la cima de tu juego… a hacer tu mejor trabajo. Te impulsan, y tú los impulsas a ellos. El éxito es contagioso, se transmite. Aunque pueda parecer intimidante al principio aceptar una oportunidad que te coloque en el círculo interno, acéptala. Solo serás tan bueno como las personas con las que te rodeas.

Una buena oportunidad te pone en riesgo. No solo te brinda algo especial para ganar. También podría darte algo significativo para perder. Es posible que ya seas el mejor en lo que haces, por eso no puedes detectar una buena oportunidad. Si estás demasiado cómodo siendo cómodo, nunca la identificarás. Si no te asusta un poco, probablemente no sea una buena oportunidad.

Una buena oportunidad no ofrece ganancia incremental, sino ganancia exponencial. La vida está llena de oportunidades incrementales. El incrementalismo es el modus operandi de los bienintencionados, pero equivocados: “mantén tu nariz en el trabajo”, “ahorra un poco cada mes”, “no hagas olas”, “mantente positivo…” y así sucesivamente. Estas son expresiones amables y correctas, pero pueden enmascarar una buena oportunidad porque a menudo son su antítesis. Una buena oportunidad te desafía a alcanzar el gran premio.

Una buena oportunidad te posiciona para un futuro mejor. Puede requerirte retroceder algunos pasos, para poder saltar al frente del grupo. Pocas personas ven esas oportunidades porque solo ven lo que tienen justo delante. Mudarte a una nueva ciudad para perseguir tu pasión, renunciar al cómodo trabajo corporativo por una startup, o saltar a una carrera completamente nueva, son todos ejemplos del coraje necesario para mirar a largo plazo, en busca de una buena oportunidad.

Una buena oportunidad está en alineación con quién eres y hacia dónde te diriges en tu carrera y vida. Te obliga a imaginarte a ti mismo dentro de diez años y ver a dónde te ha llevado. Si no sabes quién eres, qué quieres o hacia dónde te diriges, entonces no importará cuántas buenas oportunidades se te presenten. Cuando encuentres una buena oportunidad, y lo harás, estos atributos pueden ayudarte a evaluar su autenticidad y potencial a largo plazo. ¡Disfruta el viaje!

Source: Medium