Trabajar en un estudio de startups me ha brindado una nueva apreciación sobre cómo seleccionar una idea, construir una startup y hacerla exitosa. Un aspecto fundamental que he aprendido es la importancia de distinguir entre una idea que suena bien y una idea que realmente lo es, es decir, algo que los clientes desean y del cual se puede captar valor.

Uno de los errores más comunes que cometen muchos emprendedores es ser excesivamente optimistas, llegando incluso a tener un sesgo de confirmación que les impide ver los problemas reales y posibles fracasos de su idea. Esta actitud de “todo va a salir bien” puede llevar al fracaso de la startup.

El proceso de elegir una idea para una startup se asemeja a las etapas de una relación amorosa: coquetear, salir, estar en una relación, comprometerse y casarse. Cada fase requiere un nivel de compromiso y enfoque diferente para asegurarse de que todo funcione y decidir cuándo pasar al siguiente nivel.

Coquetear

En esta etapa, se exploran diferentes ideas de forma abierta y amplia. Se lanzan propuestas, se recopila información y se mantiene una actitud de apertura. Es importante no cerrar puertas y estar dispuesto a explorar diversas posibilidades.

Cita

Una vez se han identificado una o dos ideas prometedoras, es momento de profundizar en ellas. Se debe compartir estas ideas con potenciales clientes, inversores y socios, evitando caer en el sesgo de confirmación. Es crucial recibir retroalimentación honesta para identificar posibles fallos y preocupaciones.

En una Relación

Si, de todas las ideas exploradas, una destaca como la más viable, es momento de dedicarle tiempo y esfuerzo. Durante esta fase, es esencial probar múltiples hipótesis y vivir el proceso paso a paso, sin compromisos a largo plazo. La clave está en estar presente en el momento y no realizar inversiones a largo plazo sin una validación inicial.

Compromiso

Cuando el prototipo funciona, se reciben comentarios positivos y se tiene un grupo de clientes potenciales, es momento de comprometerse con la idea. Es como pedirle matrimonio a tu startup, indicando la disposición de dedicar los próximos años a su construcción. Este es el momento de buscar financiación y dedicarse al 100% al proyecto.

Casado

Una vez se cuenta con inversores o clientes recurrentes, se entra en la fase de compromiso fuerte. El enfoque debe estar en aprender de la forma más eficiente posible para hacer crecer el negocio, aumentando las métricas positivas. El objetivo final es tener un negocio sostenible y en crecimiento que no dependa únicamente de los esfuerzos individuales.

Señales de Advertencia

Existen varios comportamientos que pueden indicar una mala “relación” con tu startup, como:

En resumen, el secreto para el éxito de una startup radica en el timing adecuado en cada fase del proceso y en tener un proceso de pensamiento sólido para saber cuándo avanzar o abandonar una idea. Las analogías con las relaciones personales nos recuerdan la importancia de dedicar tiempo y esfuerzo en cada etapa antes de tomar compromisos a largo plazo.

Source: Medium