El liderazgo digital no se trata simplemente de resolver problemas tecnológicos, va mucho más allá. Cuando un equipo directivo contrata a un “líder digital”, no está buscando únicamente mejorar el departamento de tecnología de la información. En el fondo, lo que desean es alguien que plantee preguntas difíciles, fomente el cambio, genere emoción y cierta inestabilidad. Además, buscan a alguien con la confianza suficiente para implementar los cambios necesarios.
En estos tiempos, hemos visto un cambio en el equilibrio dentro del gobierno británico. Unos momentos de debilidad por parte de los líderes gubernamentales han sorprendido a muchos. Sin embargo, es fundamental que la revolución digital en el gobierno no retroceda, sino que avance aún más. Existe la necesidad de expandir la brillantez rebelde que hemos liderado en el gobierno hacia otros sectores como los servicios sociales, la salud, la educación y la seguridad, que constituyen la columna vertebral de la infraestructura británica.
La sociedad necesita líderes que lideren estos cambios no solo en el gobierno, sino en todos los ámbitos. Es importante recordar que el liderazgo comienza con nosotros mismos. Los líderes digitales no deben ser intimidados o maltratados por los mismos individuos que los contrataron para plantear preguntas difíciles. La valentía de estos líderes debería ser valorada y no castigada.
Al expandir la revolución digital a toda la sociedad, es crucial dejar atrás actitudes negativas e intimidatorias. Debemos ser valientes al reclutar y capacitar a los próximos líderes del cambio, recordando siempre que la transformación comienza con nosotros mismos.
En resumen, el liderazgo digital va más allá de la tecnología. Implica valentía, autonomía y la capacidad de liderar cambios significativos en la sociedad en su conjunto. Es responsabilidad de los líderes actuales y futuros fomentar un ambiente de respeto y colaboración en lugar de intimidación y antagonismo.
Source: Medium