Los valores y principios son pilares fundamentales que guían nuestras acciones y decisiones a lo largo de la vida. En el contexto de las transiciones y etapas de crecimiento, comprender nuestro propósito en la vida nos ayuda a identificar quiénes estamos destinados a ser. En un mundo donde la planificación estratégica y la evaluación son clave tanto a nivel personal como empresarial, revisar, actualizar y comprometerse con nuestros valores y principios se vuelve imprescindible.
Una tarea importante es desarrollar una lista de los valores y principios por los que vivimos. Entender quiénes somos y dónde trazamos la línea es crucial. Mantener esta lista por escrito y actualizarla conforme incorporamos nuevos elementos que guían nuestra conducta en la vida es altamente recomendado.
Un aspecto relevante que se destaca es la importancia de trabajar con nuestros hijos a medida que crecen y comienzan a tomar decisiones. Si los niños tienen una clara comprensión de su identidad y si reforzamos esto al enfrentar situaciones desafiantes a lo largo de su crecimiento, podrán tomar decisiones más acertadas cuando se encuentren ante tentaciones. Este mismo principio aplica a los adultos. Conocer quiénes somos y entendernos claramente puede evitarnos tomar caminos que no deberíamos transitar.
Muchos principios rectores provienen de experiencias personales o de personas cercanas. A menudo, al enfrentarnos a decisiones, tanto nosotros como quienes nos rodean podríamos haber evitado cometer errores si hubiéramos tenido estos principios claramente establecidos e internalizados.
Por ejemplo, el principio de “Haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti”, dentro de un marco de valores cristianos, resalta la importancia de tratar a los demás como ellos desean ser tratados, no como nosotros queremos ser tratados. Este enfoque puede aplicarse en diversas situaciones, como la resolución de conflictos en una relación de negocios, donde entender la perspectiva del otro puede ser clave para la comunicación efectiva y la toma de decisiones acertadas.
Otro principio valioso es el evitar asociarse en negocios con un cliente, ya que puede desdibujar la línea entre servir al cliente y actuar en beneficio propio. Es fundamental mantener la integridad y la ética en todas las interacciones profesionales para garantizar un servicio genuino y transparente.
Tomarse el tiempo de plasmar por escrito los principios y valores que guían nuestras decisiones en la vida, mantener esta lista actualizada y vivir de acuerdo con estos valores y principios puede ser un desafío, pero es un camino que vale la pena recorrer. Al hacerlo, no solo fortalecemos nuestra identidad y claridad en la toma de decisiones, sino que también contribuimos a un entorno más ético y coherente tanto en lo personal como en lo profesional.
En resumen, la reflexión sobre nuestros valores y principios, así como su aplicación en nuestras acciones diarias, no solo moldea nuestra identidad, sino que también impacta positivamente en nuestras relaciones interpersonales y en nuestras decisiones en distintos ámbitos de la vida. Mantener la coherencia entre lo que valoramos y cómo actuamos es un desafío constante, pero esencial para un crecimiento personal y profesional sólido y ético.
Contacto: Chuckhudson@stagesofgrowth.org
Source: Medium