Es una verdad universalmente reconocida que un emprendedor exitoso debe estar motivado por cosas que no sean el dinero. El dinero, al igual que cualquier otra mercancía, tiene retornos decrecientes, por lo que más allá de cierto punto, los emprendedores necesitan otras razones para trabajar en sus límites. De hecho, como demostró Dan Pink, uno de los 50 pensadores de negocios más influyentes del mundo según Thinkers50, la motivación humana es intrínseca y puede dividirse en autonomía, maestría y propósito.

Pero, ¿por qué emprender? Si la autonomía, la maestría y el propósito son realmente lo que motiva al trabajador del conocimiento arquetípico del siglo XXI, ¿por qué construir empresas, comprometiéndose en el equilibrio entre la vida y el trabajo y asumiendo riesgos? Después de todo, no hay nada malo en trabajar para una empresa increíble, donde la autonomía es un hecho y se espera la maestría para lograr el propósito de vida de uno.

Creo que la respuesta a esta pregunta se reduce a los valores por los cuales una persona vive. Si uno valora la libertad y la auto realización, es decir, el realizar todo su potencial, por encima de todo, entonces un startup se convierte en una encarnación natural de esos valores como la manera más eficiente de vivir según los propios valores. Comenzar un emprendimiento significa optimizar la libertad y la auto realización a expensas de muchos otros objetivos, lo cual solo tiene sentido si estos valores son mucho más importantes para el emprendedor que cualquier otra cosa.

Otra manera de responder a esta pregunta es considerar que las decisiones más importantes deberían ser impulsadas no por las consecuencias de primer orden, sino por las de segundo y tercer orden. Como regla general, tiene sentido ignorar en gran medida las consecuencias de primer orden (por ejemplo, hacer ejercicio es doloroso) y centrarse en resultados de orden superior (por ejemplo, eventualmente, hacer ejercicio conduce a una mejor salud y autoestima) para lograr resultados máximos. Si bien comenzar una empresa restringirá la capacidad del emprendedor de enfocarse en la auto realización, y mucho menos disfrutar de mucha libertad, la consecuencia de orden superior será la oportunidad de disfrutar de más libertad y dedicar más tiempo a la auto realización a largo plazo.

Desde esta perspectiva, un startup nuevamente se convierte simplemente en una expresión de los valores que los fundadores están viviendo. Si decides construir un startup, asegúrate de que se alinee con tus valores fundamentales y que, a pesar de que construir un startup no es fácil, sigue siendo la mejor manera de alcanzar tus metas.

Publicado originalmente en blog.makersacademy.com el 20 de abril de 2013.

Source: Medium