En un mundo lleno de circunstancias cambiantes y desafíos impredecibles, el arte de la perseverancia se ha convertido en una necesidad para aquellos que buscan sabiduría para navegar por las complejidades de la vida. La filosofía estoica ofrece ideas invaluables sobre la mentalidad y las estrategias requeridas para resistir y triunfar ante la adversidad.

La perseverancia va más allá de simplemente superar situaciones difíciles; implica mantener nuestra moralidad y humanidad a lo largo del proceso. La estoicismo no aboga por la apatía, sino que promueve la fuerza y la resistencia.

¿Cómo Podemos Perseverar?

Descubramos cuatro lecciones estoicas sobre cómo perseverar:

  1. Acepta tu destino: Epicteto nos recuerda: “No busques que las cosas sucedan como deseas; más bien, desea que lo que sucede ocurra como ocurre: entonces serás feliz”. Aceptar las dificultades nos permite revelar nuestro verdadero carácter. Al aceptar nuestro destino, reconocemos que la lucha es parte inherente de la existencia y encontramos el coraje para actuar.
  2. No te quejes: Marco Aurelio aconseja: “Todo lo que sucede es soportable o no. Si es soportable, entonces soportémoslo. Deja de quejarte. Si es insoportable… entonces deja de quejarte”. Quejarse solo nos debilita ante la adversidad. Es posible soportar cualquier cosa considerándola soportable. En lugar de quejarnos, debemos mantener el control sobre nuestras mentes y emociones.
  3. Reconoce que no es el fin del mundo: Epicteto nos desafía a adoptar una perspectiva más amplia al afirmar: “Nunca digas de algo, ‘lo he perdido’, sino, ‘lo he devuelto’. ¿Tu hijo ha muerto? Ha regresado… ¿Te han quitado tu patrimonio? Bueno, ¿y acaso eso no ha regresado también? ‘Pero el que lo tomó es un hombre malo’. ¿Qué diferencia hay para ti a quién el donante ha asignado para recuperarlo?” Aunque duro, esta lección nos enseña a no tomarnos las cosas de manera personal.
  4. No te quedes ahí sentado y recibiéndolo: Séneca enfatiza la importancia de tomar acción, afirmando: “Posponer las cosas es el mayor desperdicio de vida: arrebata cada día a medida que viene, y nos niega el presente prometiéndonos el futuro”. Al procrastinar, cedemos el control a nuestro sufrimiento. La perseverancia requiere que respondamos activamente a los desafíos, determinemos el curso de acción más virtuoso y vivamos.

La esencia de la perseverancia no radica únicamente en resistir, sino en mantener nuestra moralidad y humanidad en medio de las pruebas que enfrentamos. Consideremos la historia de James Stockdale, quien resistió más de siete años de cautiverio en un brutal campo de guerra en Hanoi, Vietnam del Norte. Fue el estoicismo lo que lo fortaleció, permitiéndole mantener su integridad y lealtad a su país. Reconoció las limitaciones para controlar las circunstancias externas, pero comprendió el poder que poseía sobre sus propios pensamientos y emociones.

La verdadera perseverancia, por lo tanto, no es una rendición pasiva, sino un cultivo activo de la fortaleza interior.

Source: Medium