Hace unos meses, tuve una entrevista con Olaf Lewitz, un experto y entrenador en el área de Agile y liderazgo. Durante esta conversación, abordamos temas sobre liderazgo y la diferencia fundamental entre ser un líder y ser un jefe.

En la entrevista, Olaf hizo hincapié en que la figura del líder va más allá de una posición formal en una estructura jerárquica. Mientras que un gerente desempeña una función específica con autoridad formal, un líder se destaca por ser un motivador, un iniciador, alguien que escucha atentamente y busca soluciones a los problemas sin atribuir culpas.

Es fundamental comprender que el liderazgo es una actividad, no simplemente una posición. Esto significa que todos tenemos la capacidad de ejercer liderazgo en diferentes aspectos de nuestra vida, ya sea en lo laboral, familiar o comunitario, sin necesidad de tener un cargo de liderazgo formal.

Olaf destacó que el mundo necesita más liderazgo, no necesariamente más líderes. La clave está en tener la iniciativa de actuar y de motivar a otros a hacer lo mismo, creando así un entorno en el que todos puedan contribuir de manera positiva.

El liderazgo activo se manifiesta en acciones concretas que generan un impacto en la comunidad. Un claro ejemplo de esto es cuando un individuo toma la iniciativa de mejorar un espacio compartido, como lo hizo mi pareja al limpiar el patio trasero de nuestro edificio junto a otros vecinos. Esta acción no solo transformó físicamente el lugar, sino que también unió a la comunidad en torno a un objetivo común.

Es importante destacar que cualquiera puede ejercer liderazgo en su entorno. Pequeños gestos como ayudar a alguien en el transporte público, colaborar en tareas cotidianas o tomar la iniciativa en el trabajo pueden marcar la diferencia y fomentar un espíritu de liderazgo en los demás.

El desarrollo de habilidades blandas y la confianza en uno mismo son aspectos clave para potenciar el liderazgo activo. A través de la práctica y la interacción con otros, podemos fortalecer nuestras capacidades de liderazgo y generar un impacto positivo en nuestro entorno.

En resumen, el liderazgo activo es una cualidad que todos podemos cultivar en nuestras vidas diarias. Al asumir la responsabilidad de impulsar cambios positivos y motivar a otros a seguir nuestro ejemplo, contribuimos a la construcción de una sociedad más solidaria, colaborativa y empoderada.

Source: Medium