La confianza es un elemento fundamental en cualquier equipo de trabajo. Al igual que el aire que respiramos, cuando existe, pasa desapercibida; pero cuando falta, todos lo notan. La confianza es crítica para el éxito de cualquier negocio, ya que hace posible la colaboración, siendo el suelo fértil que nutre las ideas y metas de un equipo.
¿Por qué es importante la confianza?
En equipos con bajos niveles de confianza, las personas actúan únicamente por autodefensa. Esto se manifiesta, por ejemplo, en un gerente que supervisa constantemente a su equipo por falta de confianza en su capacidad, lo que resulta en una pérdida de tiempo tanto para el gerente como para los empleados, quienes carecen de confianza y autonomía.
Por el contrario, los equipos con alto nivel de confianza son más productivos y producen trabajos de mayor calidad. Estudios han demostrado que en empresas con altos niveles de confianza, los empleados reportan menos estrés, mayor productividad, menor ausentismo, mayor compromiso y satisfacción en sus vidas, entre otros beneficios.
¿Cómo funciona la confianza?
La confianza reduce la fricción en el trabajo, permitiendo que las tareas avancen sin contratiempos. A nivel neurobiológico, la confianza está asociada con el aumento de la oxitocina, conocida como la “hormona del amor”, que fomenta la empatía y la generosidad. Cuando confiamos, nos sentimos conectados con los demás.
Para fomentar la confianza en un equipo, es vital satisfacer las necesidades interpersonales básicas, que según la teoría FIRO, son: conexión, control e inclusión.
Estrategias para construir confianza
- Liderar con integridad: Es fundamental que los líderes sean éticos y transparentes en sus acciones.
- Fomentar la vulnerabilidad: Pedir ayuda, admitir errores y mostrar vulnerabilidad crea un ambiente propicio para la honestidad y la innovación.
- Comunicar la información ampliamente: Mantener informados a los empleados sobre los objetivos y estrategias de la empresa ayuda a que se sientan conectados con su trabajo.
- Empoderar a las personas para asumir responsabilidades: Al confiar en que los empleados pueden gestionar su trabajo, estos se sienten motivados y valorados.
- Crear relaciones: Fomentar lazos entre los miembros del equipo, más allá de lo laboral, fortalece el compromiso y la colaboración.
- Resolver conflictos de manera respetuosa: El conflicto es inevitable, pero abordarlo con respeto y escucha activa permite encontrar soluciones efectivas.
- Reconocer el buen trabajo: Apreciar y reconocer el esfuerzo de los empleados es clave para mantener su motivación y compromiso.
La confianza no es un elemento meramente abstracto, sino una herramienta tangible y práctica que puede construirse a través de acciones concretas. Si bien no es sencillo generar confianza, sus efectos pueden ser transformadores a largo plazo en cualquier organización.
Source: Medium