En el devocional del día 1 sobre “Praise The Lord”, se resalta la importancia de la alabanza y adoración en la vida de un cristiano. La alabanza al Señor no es solo una actividad que se realiza en un servicio de iglesia una vez por semana, sino que es un estilo de vida que abarca todo el espectro de la existencia.
Alabar a Dios implica agradecimiento y reconocimiento de quién es Él. La alabanza no debe basarse en la recepción de respuestas o bendiciones, sino que debe ser el punto de partida. Como menciona el Salmo 100:4, entrar en la presencia de Dios con acción de gracias y alabanza es fundamental para experimentar Su cercanía y favor.
La forma en la que nos relacionamos con Dios está directamente influenciada por nuestra percepción de Él. Aquellos que lo ven como distante o rígido mantienen cierta reserva en su comunicación con Él. En contraste, quienes lo perciben como un Padre amoroso y amigo cercano disfrutan de una relación íntima con Él, donde pueden acudir a Él en cualquier momento sin temor.
La alabanza no solo pone a Dios en el centro de nuestras vidas, sino que también nos permite ver las circunstancias desde una nueva perspectiva. Al confiar en Él y reconocer Su grandeza, nuestras preocupaciones y problemas adquieren una dimensión diferente.
Por lo tanto, es vital adoptar la alabanza y la adoración como un estilo de vida. No se trata solo de cantar himnos o rezar de vez en cuando, sino de mantener una relación continua con nuestro Creador. Podemos alabar a Dios en todo momento y en cualquier lugar, reconociendo Su bondad y fidelidad en cada aspecto de nuestra vida.
En resumen, la alabanza y la adoración son elementos esenciales en la vida cristiana. Nos conectan con Dios, nos permiten experimentar Su presencia y nos ayudan a afrontar las dificultades cotidianas con fe y confianza en Su providencia.
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Source: Medium