La gestión de proyectos y la gestión de operaciones son dos áreas fundamentales en el ámbito empresarial que, si bien comparten algunas similitudes, presentan diferencias significativas en cuanto a sus objetivos, enfoques y duración.

Según el Project Management Institute (PMI) PMBOK Guide, los proyectos son esfuerzos temporales emprendidos para crear un producto, servicio o resultado único. Por otro lado, la gestión de operaciones, según el APICS OMBOK Framework, se enfoca en la dirección sistemática de los procesos involucrados en la obtención, producción y entrega de productos y servicios, siendo una actividad continua.

Como explica Peter Jarrett, quien ha trabajado en ambas áreas durante más de 20 años, como gerente de proyecto eres responsable de crear e introducir un cambio, ya sea orientado a las personas, procesos o tecnología, trabajando con partes interesadas y un equipo en un alcance, presupuesto y tiempo bien definidos para ofrecer un resultado. Tu función incluye garantizar que el cambio de tu proyecto se introduzca en las operaciones para generar valor para la empresa. Por otro lado, como gerente de operaciones, eres responsable de recibir e integrar el cambio introducido por los proyectos y de incorporarlo a la capacidad operativa continua de la empresa.

Las operaciones se centran en el buen funcionamiento del negocio mediante el soporte de procesos y servicios. Ambas áreas son interdependientes; sin proyectos, no se introducirían cambios significativos en las operaciones de manera efectiva; sin operaciones, los beneficios de un proyecto no perdurarían más allá de los límites definidos del esfuerzo.

Si bien es posible implementar mejoras incrementales continuas en capacidad operativa, los proyectos exitosos realmente marcan la diferencia en cuanto a cambio empresarial se refiere. Jarrett destaca la importancia del movimiento DevOps en el desarrollo de software, que acerca estas dos disciplinas, así como libros como “The Lean Startup” y “The Goal”, que abordan los desafíos que enfrentan las personas en los cambios empresariales.

Comparando proyectos con operaciones, Jarrett menciona que los primeros son más como una carrera corta, a pesar de que a veces puede sentirse muy larga, mientras que las segundas son más como una maratón en la que se tarda tiempo en ver el resultado del cambio. Las operaciones se asemejan a un glaciar, lentas en cambiar, pero dejando una huella indeleble en el paisaje a largo plazo.

La gestión de proyectos y la gestión de operaciones comparten similitudes en cuanto al tipo de habilidades requeridas, como la comunicación, organización, habilidades financieras, de gestión de personas y del tiempo. La diferencia radica en que los gerentes de proyecto tienden a querer hacer bien el trabajo y pasar al siguiente proyecto, mientras que los gerentes de operaciones necesitan tener la paciencia y la determinación para llevar a cabo el cambio a largo plazo y mantener el funcionamiento habitual del negocio.

En resumen, tanto la gestión de proyectos como la gestión de operaciones son fundamentales para el éxito de una empresa, con enfoques y objetivos distintos que se complementan mutuamente para impulsar el crecimiento y la innovación en un entorno empresarial en constante cambio.

Fuente: leadershipthoughts.com

Source: Medium