La ordinariedad, aquello que es común y simple en la vida cotidiana, se presenta como un aspecto fundamental que a menudo pasamos por alto en nuestra búsqueda constante de más, de grandeza y de logros externos. En el artículo “The Power of Ordinariness”, se resalta la importancia de valorar lo esencial, lo básico, y cómo en la vida de muchos santos y personajes extraordinarios, la conexión con lo ordinario y la sencillez fue lo que les permitió alcanzar un nivel más profundo de plenitud y realización personal.

La práctica de escuchar Abhangs, expresiones simples de los sentimientos internos de personas comunes hacia sus deidades, nos invita a reflexionar sobre cómo la simplicidad puede ser un canal para alcanzar una conexión más auténtica con lo divino y con uno mismo. Estas expresiones genuinas, desprovistas de expectativas externas, nos recuerdan la importancia de estar presentes en cada momento, de encontrar la plenitud en nuestras acciones diarias y de agradecer por lo que somos y lo que tenemos, independientemente de nuestras circunstancias.

En un mundo donde la búsqueda constante de “más” puede convertirse en una trampa de insatisfacción perpetua, es crucial detenernos y reflexionar sobre si realmente necesitamos todo lo que perseguimos externamente para sentirnos completos y realizados. La metáfora del buey atado al poste, buscando constantemente algo más sin darse cuenta de su propia limitación, nos hace cuestionar si estamos atrapados en un ciclo de actividad frenética que nos impide apreciar la plenitud de nuestro ser.

La seguridad en uno mismo, la autenticidad y la capacidad de valorar nuestra propia ordinariedad y fragilidad como seres humanos, se presentan como aspectos cruciales para afrontar los desafíos de la vida con fortaleza y ​​empoderamiento. En lugar de perseguir constantemente la grandeza externa, la reflexión interna y la conexión con lo esencial pueden brindarnos una sensación de plenitud y paz interior que trasciende las posesiones materiales o el estatus social.

En conclusión, recordemos que en la búsqueda de la realización personal y la felicidad, a menudo es en lo simple, en lo esencial y en lo ordinario donde encontramos la verdadera riqueza de la vida. Valorar nuestra humanidad en toda su complejidad y reconocer la belleza en nuestras imperfecciones nos permite ser seres auténticos y completos, capaces de enfrentar cualquier desafío con confianza y gratitud.

Source: Medium