La creatividad es un don que nos conecta con el universo, nos permite explorar lo cotidiano de una manera diferente y única. Las personas creativas dejan que sus mentes vaguen libremente para ver qué surge. Es como un flujo de conciencia potenciado, pero sin la ayuda de drogas. Melissa Chouinard, una profesora de ciencias y educadora de talentos excepcionales, aporta una perspectiva especial a la creatividad. Se autodenomina una “feroz lectora, amante de la ciencia y de todo lo friki y nerd”. También es bloguera en iteacher imother, donde escribe sobre “enseñanza, maternidad y cómo equilibrar ambos roles”. En su tiempo libre, Chouinard modera dos chats en Twitter: #stucentclass y #teachmindful.

Para Chouinard, la creatividad es una conexión con el universo, una sensación de cómo todo está enlazado, una visión de cómo manipular y jugar con el diseño y la estructura de las ideas, y utilizar este don para expresar tu voz interior que ve el panorama completo:

“La creatividad para mí es tomar lo ordinario y crear algo diferente y único. Requiere paciencia y optimismo, pero con un poco de confianza y concentración, tanto la armonía como la melodía, el color y la luz forjan una perspectiva que es personal y gratificante”, expresa Chouinard.

A pesar de sus ventajas evidentes, los líderes a menudo pueden sofocar la imaginación. Los líderes autoritarios son anti-creatividad. Para ellos, solo hay una forma: adorar el statu quo, enseñar para el examen y castigar a aquellos que se desvíen de los planes establecidos.

“La rigidez y la conformidad sofocan la toma de riesgos”, afirma Chouinard. “Cuando sentimos que la tapa está demasiado ajustada, a menudo renunciamos a quitarla. Una mente cerrada criada por una caja encierra un espíritu libre y, en última instancia, la innovación y el progreso”.

Cuando la creatividad se encuentra con un estilo de liderazgo de apoyo, las mentes quedan libres de trabas. “Cuando nuestras mentes están abiertas a posibilidades y ansiosas por escapar de los límites del pensamiento convencional, el cambio es inevitable y el crecimiento es exponencial”, añade.

Ya sea en una escuela u otra organización, para fomentar la creatividad, proporciona directrices amplias y luego retrocede. Deja que las imaginaciones llenen los espacios en blanco y creen nuevas preguntas para debatir. “Tres palabras: escucha, apoya, promueve”, destaca Chouinard. “Sé el animador de los estudiantes y el personal. Fomenta la espontaneidad y la excentricidad, y acoge ideas únicas. Proporciona lo necesario para que se lleven a cabo”.

La creatividad puede transformar la cultura escolar. Puede convertir un aula de cabezas adormiladas y apáticas en un grupo comprometido ansioso por pasar la página y ver qué les espera.

“La creatividad de flexibilidad y fluidez permite el reconocimiento de la austeridad y el descubrimiento de alternativas conscientes”, explica Chouinard. “Ayuda a establecer una cohesión necesaria para que ocurran cambios positivos. Ilumina las sombras donde una vez prosperaron las agendas ocultas”.

Chouinard destaca la importancia de la escucha. “Para mí, tener a alguien que realmente, intencionalmente escuche mis ideas y me ayude a desarrollarlas haciendo preguntas reflexivas y provocadoras es clave”, menciona. “Cuando expreso mis ideas en voz alta y recibo retroalimentación, es cuando más probabilidades tengo de avanzar”.

La creatividad no solo se limita a las cuatro paredes del aula. “Permite que los padres sirvan de chaperones en excursiones”, sugiere Chouinard. “Esta semana realmente llegué a conocer a 12 padres simplemente teniendo la oportunidad de hablar con ellos en un ambiente relajado y divertido. Tener relaciones positivas y de confianza con los padres marca la diferencia”.

Se trata de lo que ella llamaría una diferencia creativa. La creatividad es un regalo poderoso que nos permite conectar con el universo, transformar lo ordinario y alcanzar un crecimiento personal y colectivo inigualable.

Source: Medium